22 de febrero de 2022
Castillos en el aire pero con clavos
Ocho y trece de la mañana según el reloj del horno. Comienzo a escribir la columna de hoy. Atrás quedan ya la sesión de yoga matutina y su posterior meditación. Me siento bastante bien.
22 de febrero de 2022
Ocho y trece de la mañana según el reloj del horno. Comienzo a escribir la columna de hoy. Atrás quedan ya la sesión de yoga matutina y su posterior meditación. Me siento bastante bien.
21 de febrero de 2022
Lunes por la mañana: comienza la semana. Me levanto a la hora de siempre y, como está lloviendo, practico una yoga uncrunching session de unos tres cuartos de hora. Después, practico una meditación, tal vez algo más de media hora. Seguramente, aunque no estuviera lloviendo, hubiera practicado yoga igualmente. Más importante y más urgente ahora mismo que salir a correr.
18 de diciembre de 2020
Hoy me meto a emocionarme con las posibilidades de mi próxima etapa laboral y se me va el tiempo de manera increíble. Además de eso, practicamos la alegría de estar vivos y procedemos, naturalmente, con la lectura de un nuevo capítulo de El Diario Teutón, ese libro.