contrato

  • Gestorías, contratos y basuras.

    Me siento en la penumbra y abro el MacBook. Se abre con un tono casi mágico, con las teclas iluminadas. ¡Hasta se puede regular el brillo de las teclas! Cómo me alegro de haberme comprado este ordenador. Llevamos ya una semana larga en la casa nueva y, poco a poco, terminamos de desembalar las cosas…