Viernes de cuarentena

Quería darme el gustazo de escribir una columna con un título de día de semana y que a la vez coincidiera porque la iba a publicar ese mismo día, pero no sé si ya publiqué una columna hace unos meses con el título de “Viernes”. Así que, para evitar conflictos (cosa que se me da genial), he cambiado el título a “Viernes de cuarentena”. Más allá de algunas obviedades, vamos con la columna de hoy.

Gracias a Dani y Ed por su feedback de ayer acerca de cuándo publicar la columna. Yo opino más como Dani: me gustaba cuando me levantaba por la mañana y miraba ESDLV y ya había una columna reluciente ahí esperando, así que voy a hacer mis ajustes internos para que esto siga así. Me gusta la idea de que, cuando vengáis aquí por la mañana, ya tengáis la columna diaria esperándoos.

Para eso tengo dos opciones: me levanto a las cinco de la mañana y escribo la columna o la programo el día anterior.

Me encantaría levantarme a las cinco de la mañana, y eso seguramente llegará aunque todavía está lejos, así que me voy a decantar por programar la columna el día anterior. Aprovechando este fin de semana de cuarentena, en el que voy a estar solo y aburrido, escribiré un par de columnas y las programaré para lunes y martes, de acuerdo con el nuevo ritmo editorial.

A los demás, animaros a darme feedback acerca de las cosas que hago aquí. Así puedo adaptar esto a vuestras necesidades.

Ayer me dio el punto y, con el propósito de aprovechar mi recién estrenada jornada laboral en ESDLV, tomándome esto como si fuera un trabajo, me senté y grabé un pequeño podcast a modo de prueba con la intención de probar la parte técnica de hospedar los audios en iVoox y también el incrustar el reproductor.

El proceso fue bastante rápido y sencillo y, después de algunos titubeos, conseguí incrustar el reproductor en una columna de ESDLV. He creado una categoría “Podcast” para poder recuperar todos los podcasts más tarde. Está por ver todavía cómo organizo esto. A medida que ESDLV va creciendo van surgiendo nuevos requerimientos.

El reproductor es sencillo, se integra bien, se ve bien en móvil y en versión de escritorio y es limpio e intuitivo de usar. El único “pero” que le puedo poner al servicio es la calidad del sonido. Soy bastante quisquilloso con estas cosas y, supongo que para que los podcasts “pesen” menos, me doy cuenta de que el audio está muy comprimido. En la parte de la voz se nota menos, pero en la parte de la música se nota mucho. En fin, siendo un servicio gratuito, lo menos que puedo hacer es dar las gracias. Así que gracias, iVoox.

Me quedo parado un momento, con dos temas en mi interior que quieren salir con la misma intensidad y que se atascan en el camino, de alguna manera cancelándose el uno al otro. Me quedo vacío y opto por describir el proceso.

Ayer estuve varias horas tumbado en el suelo, poniéndome las vértebras más en el sitio y desenroscándome los hombros un poco más. Mientras lo hacía, busqué algo del habitual entretenimiento para darme esa mezcla de distracción y trabajo de recuperación que me da los mejores resultados y me hace el proceso más llevadero. Después de varios vídeos, terminé en el canal del Rubius.

Para quien no conozca al Rubius, decir que se trata del YouTuber más exitoso de España. Podría equivocarme, pero así le tengo. Sus vídeos alcanzan rápidamente el millón de reproducciones y ayer vi uno de hace ocho años que tenía treinta millones de reproducciones. Eso es ciertamente impresionante.

Tengo sentimientos encontrados con respecto al Rubius, pero lo que sí que puedo apreciar es que tiene que ser, necesariamente, un gran comunicador, así que le doy las gracias por compartir su ejemplo y aprendo.

El caso es que llegué a un vídeo en el que el Rubius jugaba, como a menudo hace, a un videojuego. En particular se trataba de “Detroit become human”, que podríamos traducir como “Detroit convertido en humano”, si mi conocimiento de los verbos irregulares ingleses todavía se tiene (become, became, become).

Aquí el tráiler del juego en español:

Hasta la música del juego es una pasada

Muchos YouTubers populares tienen vídeos en Internet de sí mismos jugando a videojuegos. De hecho, este formato es increíblemente popular. Para llegar a interesarme por este tipo de vídeos he tenido que atravesar diferentes resistencias en mi interior. Me podía tragar lo que fuera por la tele, pero un vídeo en YouTube de alguien jugando a un videojuego… se me antojaba como lo más improductivo del mundo, además de algunas cosas más.

Pero con el tiempo he ido cambiando y permitiéndome hacer más y más de las cosas que me gustan y uno de los frentes a los que esa tendencia me ha llevado es a ver este tipo de vídeos.

Una de las razones por las que los veo es para disfrutar del avance de la técnica. A medida que los ordenadores han ido ganando potencia y la técnica del desarrollo del arte de la creación de videojuegos ha ido evolucionando, la complejidad y la belleza de los mundos creados, así como de las historias contadas, ha ido aumentando. En la actualidad tenemos juegos que son auténticas películas en las que el jugador, como protagonista de la misma, participa en el desarrollo de la trama.

Esta fue la principal razón que me llevó a ver ese vídeo de “Detroit become human”. Pronto me encontré con una especie de película en la que el jugador va tomando decisiones. Dependiendo de las decisiones que toma, el argumento se va desarrollando de una u otra manera. Y una de las particularidades de este juego es que, al final de cada capítulo, se muestra un árbol de decisiones donde se ve qué decisiones ha tomado el jugador y qué camino, de entre los posibles, ha escogido. Además el jugador, puede ver cuáles son las decisiones que han tomado el resto de jugadores que han jugado al juego en forma de porcentajes.

Me encantaron los gráficos, tridimensionales, en los que se se recrea una ciudad futurística en el año 2038. En ese Detroit futurista, comienzan a surgir los primeros androides de aspecto humano. Éstos son fabricados y vendidos en masa para servir a los humanos, por ejemplo, en tareas domésticas, aunque poco a poco van tomando cada vez más responsabilidades y asumiendo cada vez más trabajos humanos, lo que crea consecuencias sociales.

La historia se relata a través de las vivencias de cuatro androides diferentes, varios de ellos de los llamados “divergentes”. Los divergentes son androides que han tenido que enfrentarse a situaciones en las que, por ejemplo para defenderse de abusos, han tenido que superar el punto de desobedecer sus instrucciones para preservar su integridad, liberándose así de su condición de androides y accediendo al libre albedrío.

Uno de los androides, al menos hasta donde he visto, sigue sin liberarse, pues es un policía que pasa a trabajar con un policía humano investigando este fenómeno divergente.

Me encanta la profundidad, complejidad y belleza del mundo futurista en el que, por ejemplo, los autobuses cuentan con un separado en la parte trasera en el que viajan los androides, como una referencia a la segregación racial de los seres humanos negros a principios de siglo. Pero claro, la segregación es la segregación, da igual cuál sea la razón para llevarla a cabo.

El juego es una especie de película con varios personajes principales cuyas vidas se van cruzando a medida que la historia se desarrolla, con momentos tranquilos y momentos tensos, con momentos frenéticos, escenas de persecución y de pelea. Los escenarios son cambiantes, muy realistas y muy conseguidos en su ambientación futurista.

Estuve viendo varios de estos vídeos. Creo que es una serie de diez vídeos, tal vez alguno más, en el que la mayoría dura una hora. Así, es una especie de serie/película/videojuego que dura una docena de horas y que se me está haciendo súper-interesante.

Para quien quiera explorar el asunto, dejo aquí el primer vídeo de la serie:

Aquí el Rubius

Agradecimiento a la fuente de la imagen destacada de hoy.

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