Vengo del peluquero. Me cobra 28 euros. Corta bien el pelo. Ahora, lo que más aprecio, es su conversación. Tiene más habilidad social y más sensibilidad que muchos de los psicólogos por los que he pasado.
El hombre habla de lo que le eches. Incluso en los temas más polémicos tiene una actitud respetuosa y apreciativa. Usa el contacto físico de manera reconfortante.
Esta mañana, ronda este con el Luqui, con visita a la Tiny House para empezar.
Hoy hemos descubierto que ya han terminado la terraza. También han desplazado la sauna unos metros y la han reorientado de manera que la puerta de la misma apunta hacia la terraza y a la TH.
Luego hemos regresado al puente, el lugar de inicio de las expediciones, y nos hemos dirigido hacia el este.
Más allá del pabellón deportivo, desde la Puky, Luqui me ha hecho indicaciones para girar hacia el norte, y al final de la calle de nuevo hacia el este. Así, hemos tenido la oportunidad de ver las obras y la enorme grúa de la construcción de la enésima residencia de ancianos de Stadtbergen. Al final de la calle, al bajar la acera, la Puky casi vuelca y Luqui se ha pegado un morrazo contra el manillar, haciéndose sangre en el labio inferior. Madre mía qué penita. ¡Y cómo lloraba el pobre!
Afortunadamente, un poco más allá hemos encontrado gallinas en un jardín y se le ha pasado todo, sumergiéndose en la observación de estos animales por primera vez en su vida. ¡Hasta un gallo había! ¡Kikirikiiii!
Desde ahí, de nuevo hacia el este hasta topar con la B17, la ronda de circulación de Stadtbergen.
A lo largo de su recorrido, el B17 está limitada por un muro de unos dos metros, supongo que por motivos de reducción acústica, así que no se puede ver más que la parte superior de los camiones más grandes. No pasa nada: cojo al Luqui y lo levanto por encima de mi cabeza hasta que se puede apoyar con los codos sobre el muro. Aguanto como mucho un par de minutos, pero el espectáculo tiene que ser bestial para él. Para él y para los conductores de camión, que ven asomar a un bebé de 14 meses por encima del muro de la B17. ¡Hasta saludaba con la manita hoy!
Se me ha ocurrido que podemos meter una escalerita plegable que tenemos en el maletero de la Puky y usarla para auparnos ambos por encima del muro. Pero eso tendrá que ser en otra ocasión, porque teníamos que regresar para que fuera a la peluquería.
Enésimo día soleado radiante, y va a seguir así hasta el martes que viene, cuando empiezan las lluvias. Lluvias que, a estas alturas, ya estamos deseando. Así se limpiará el Modus de arena del Sáhara.
Hoy lo voy a hacer breve y lo voy a dejar aquí, pero, como estoy cultivando una mirada comercial, quiero mencionar que la mujer ilustradora del libro del Luqui rechazó mi oferta de hacerle la página web. Y, dado que la manera principal de hacer dinero es resolver problemas, quiero preguntaros:
¿Qué problemas tenéis que yo pudiera resolver?
Con eso os dejo hasta el lunes que viene. ¡Que tengáis un buen fin de semana!
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