Stack Overflow

Me doy la ducha de agua fría de rigor. Me visto. Bajo con la bomba de aire e hincho las ruedas de la bici de Daniela. Hincho las ruedas de mi bici. Sigilosamente, mientras duermen, vuelvo a entrar en casa para coger la mochila, el casco y una chaqueta. Salgo de casa.

Hace un año aproximado que no cojo la bici. Como en el lago la semana pasada, con mucho menos dolor, montar en bici es otra cosa. El terror se reduce al miedo. Prudencia.

Mucho coche mientras pedaleo de camino al Consulado.

Parece que vaya a llover de un momento a otro, pero la ranita del tiempo dice que aguantará hasta después del medio día.

Este es el primer sapo del día: pedalear hasta el Consulado español para recoger el pasaporte de Lucas. Tres kilómetros de recorrido sin apenas carril bici. Me noto en bastante buena forma.

De vuelta, paso por la consulta del médico. Segundo sapo del día: cambiar la cita de la segunda vacuna a la semana anterior. Con un bebé y una mudanza, algo de malestar esos días podría ser crítico. Me cambian la cita para el día 22.

Salgo eufórico. Puedo ir a sitios, hablar con gente, conseguir cosas. Después de diez años básicamente encerrado en casa, paranoico y aterrado, esto se siente como un superpoder.

Tercer sapo: llamar a la empresa de mudanzas y confirmar el día 4 de agosto. Llamo, comunican. Vuelco a llamar, vuelven a comunicar. Daniela habla por teléfono, así que, con un poco de suerte, puedo sacar una columna rápida.

Ayer, después de dos días atascado con el constructor de futuro en Flutter, me decidí a poner una pregunta en Stack Overflow.

Para quien no lo conozca, Stack Overflow (desbordamiento de pila), es un portal mítico para los programadores. En él se ponen preguntas y se responden. Cualquiera que programe tiene abierta una ventana del navegador con Stack Overflow pues, a lo largo de los años, se ha ido convirtiendo en un gigantesco repositorio de conocimiento programático.

En mi año y medio dándole al PHP, Stack Overflow me enseñó a hacer la mitad de lo que sé. En particular, las personas que en el lugar contribuyen, haciendo preguntas y respondiendo a las mismas. Gracias desde aquí a las mismas. Ayer, por fin, después de tanto tiempo, me decidí a publicar mi primera pregunta.

Me hizo mucha ilusión, qué quieres que te diga. Me sentí pisando un lugar sagrado.

Puse mi pregunta sin mucha fe, pero, unas horas después, tenía una respuesta. Como temía, era un problema de tipo de datos. Una función devolvía una cosa y la otra esperaba otra. Como cuando colaboraron norteamericanos y europeos y el satélite se estrelló porque unos contaban pies y los otros metros. Además de eso, un error más debido a la llamada “null-safety” que implemente Flutter desde hace relativamente poco tiempo. Cuando vi que mi aplicación funcionaba, que mostraba una lista de las entradas que había guardado en la base de datos… vaya gustazo. Ahora me enfrento al siguiente reto: actualizar los datos en la pantalla a medida que se meten en la base de datos, pero eso es otra historia. El widget se llama ValueListener o algo así. Otro día más.

Así que Luqui ya tiene su pasaporte (qué monada), la cita para la segunda vacuna ya está cambiada y, en un momento más, llamaré de nuevo a la empresa de mudanzas para seguir comiéndome el mundo.

Un paso infinitamente pequeño para la humanidad pero gigantesco para mí.

Ese podría ser el eslogan de este sitio.

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