Servicios y procesos

Quisiera empezar esta columna con una letra diferente. Hecho. Se trata de esa primera letra de la columna que resulta tan llamativa. Por eso quería empezar hoy con una diferente. Para probar algo diferente, algo nuevo. Ayer probé algo nuevo también, pero me da que voy a tener que escribir algunas cosas más antes de poder recordar de qué se trataba.

Argh, estoy de vuelta en Windows. El problema con la conexión wifi ha vuelto. Después de un día en que estuvo funcionando adecuadamente y, cuando creía que el asunto estaba solucionada, zas, de vuelta a la inestabilidad internetera. Ahora se desconecta de la red, ahora la latencia es de varios segundos, ahora navega ahora no. Vuelta a los foros a investigar y vuelta a probar diferentes soluciones. Finalmente, vuelta a Windows. Por eso no llega Linux al escritorio. ¿Qué probé ayer que era nuevo?

Esto no fue ayer, pero la semana pasada comí mango por primera vez en mi vida. Está fresco y sabe un poco como la piña. Al menos la textura es como la de la piña. Siento las vitaminas entrando a chorro dentro de mí. Sólo había probado el mango antes en helado, y casi sin querer. La fruta sabe, sorprendentemente, como el helado. Está bueno el mango.

Daniela está tumbada en el sofá yendo a través de unos documentos. Podría preguntarle qué probé ayer que era nuevo. Era algo de comer. Qué más da.

Ayer pasé un buen rato reacondicionando Windows, sacándole toda la punta que pudiera. Desactiva Cortana, desactiva los efectos visuales, desactiva esto y lo otro. Desactiva todo lo que no vayas a necesitar. Deja sólo lo imprescindible. Lo que no ayuda, estorba.

Sigue funcionando lento, pero al menos es utilizable. Tengo un monitor en casa de mi padre que me quiero traer o enviar este verano y, cuando lo tenga aquí, me buscaré un pequeño ordenador de sobremesa que conectarle y con eso estará el asunto solucionado. Si voy a trabajar con el ordenador necesito que dé la talla, que me lo ponga fácil, que funcione.

Para escribir, estoy utilizando Typora. Es un editor de texto que acepta markdown. Markdown es una manera sencilla y bastante intuitiva de formatear un texto. Por ejemplo, si quiero escribir un encabezado, lo precedo de una almohadilla (#):

# Esto es un encabezado

El editor lo detecta automáticamente y lo formatea adecuadamente. Un encabezado de segundo nivel vendría precedido de dos almohadillas. Y así sucesivamente.

Una palabra rodeada de asteriscos se representará en negrita. Y así se va dando formato al texto de una manera sencilla y cómoda. Además de eso, el editor tiene un contador de palabras que se actualiza a medida que voy escribiendo y que está todo el tiempo visible en la esquina inferior derecha. Además, tiene un modo de pantalla completa en el que sólo veo el texto que estoy escribiendo y todo lo demás desaparece. Además tiene un tema llamado Pixyll que utiliza un tipo de letra llamado Merriweather que me parece sumamente bello. Resulta muy agradable y bonito escribir con este editor. Llevo usándolo desde hace algunas versiones y funciona muy bien. Es gratuito mientras esté en fase de pruebas. Por cierto: también tiene corrector.

Además de esto, estoy oyendo música del Free Music Archive. Sigo teniendo en mente hacer vídeos, el otro día ya hice una prueba de episodio piloto de ESDLV (the videoblog) y quisiera tener música libre de derechos que pueda utilizar en los vídeos, así que estoy escuchando música de ese tipo y descargando las canciones que más me gustan y que pienso que pueden encajar. Hay más de 14.000 piezas musicales libres de derechos, así que he hecho una búsqueda de las que contienen la palabra “life” para centrar el tema y reducir el espectro y he conseguido reducir la selección a 122 canciones. Ahora a seguir seleccionando. Gracias de entrada a sus creadores, que recibirán el crédito apropiadamente por su trabajo.

También he estado pensando en definir los diferentes servicios que quiero ofrecer en este sitio. Además del blog, que seguirá en marcha, quiero ofrecer servicios de consultoría vital (así he decidido llamarlo) y servicios de creación de sitios web. En este primera etapa voy a estar trabajando gratis para ponérmelo fácil, empezar y sobre todo definir el proceso de trabajo. Ten en cuenta que hay diferentes fases desde que el cliente me contacta hasta que se despide satisfecho. ¿Qué fases son esas? ¿Qué está incluido en cada fase y qué no? ¿Qué incluye mi servicio y qué no? ¿Cómo sabré que el cliente está satisfecho? ¿Cómo sabré que he hecho un buen trabajo? ¿Cuál es la diferencia entre un buen trabajo y un trabajo excelente? ¿Qué documentación requeriré? ¿Qué herramientas me pueden facilitar el trabajo? Por ejemplo, sé que hay un plugin para WordPress que ofrece un sistema de reserva de citas. Eso puede ser interesante. Yo puedo ofrecer determinadas horas de consultoría y los clientes pueden hacer sus reservas online. Luego haríamos una sesión de consultoría por videoconferencia.

En cuanto a la creación de sitios web, tres cuartos de lo mismo. Dado que construir un sitio web es mucho más trabajoso que hacer una hora de consulta, voy a empezar por hacer un trabajo para una amiga de Daniela que es fotógrafo amateur y quiere hacerse su propia página web pero no encuentra ni las ganas ni el tiempo. Claro que no encuentra estas cosas… ¡las tengo yo!

Hoy voy a estar trabajando en comenzar a definir estos procesos antes siquiera de empezar a prestar gratuitamente estos servicios. De este modo, cuando empiece, ya tendré un mapa del territorio que voy a estar recorriendo. Luego viene la práctica, fundamental y necesaria, que me permitirá afinar y refinar el proceso. Luego vendrá instalar la pasarela de pago y seguir refinando el proceso con pagos simbólicos. En fin, poco a poco y disfrutando del proceso. Está bien, es la primera vez que hago esto, así que puedo ser paciente y comprensivo conmigo mismo y tener en cuenta que estoy practicando, jugando y aprendiendo.

Y con esto ya está: las mil palabras de hoy. Esto dice a mis clientes: yo cumplo. Es una muy buena base sobre la que empezar a construir.

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