Estoy de vuelta en Múnich después de dos días conduciendo de nuevo. Me he traído el monitor y la guitarra. La maleta todavía está por deshacer, pero estoy escribiendo esto en el monitor que me he traído y la guitarra ya está en su pie y afinada. Se siente raro estar aquí, especialmente en estas corona-circunstancias. Pero hoy vamos a celebrar los dos retos superados. Para hacerlo bien habría que hacerlo por separado pero, dadas las circunstancias, vamos a aunar estas celebraciones.
El reto del viaje
El primer reto a celebrar es el reto del viaje. Lo he conseguido: me he conducido, yo solo, Múnich-Valencia y Valencia-Múnich. En total cuatro días de conducción. Y lo he disfrutado. Como ya hablé acerca de la ida, hablaré acerca de la vuelta.
Tenía algunos podcasts que descargué para escuchar por el camino pero la mayor parte del tiempo he estado hablando conmigo mismo. En particular, he estado practicando el expresar en voz alta lo que pienso, lo que me ha hecho darme cuenta de que llevo como unos treinta años callándome sistemáticamente. Aprovechar los dos días en coche, hablando en voz alta, poniendo mis pensamientos en voz alta, ha sido muy liberador. Ignoraba que me hubiera reprimido tanto durante tanto tiempo.
Hablar en voz alta durante horas, oírme hablar, el simplemente poder mover las mandíbulas en su dimensión mecánica, ha sido sorprendentemente agradable. Me di cuenta de que yo mismo era una compañía muy grata, lo cual me sorprendió. Yo creía que era de otro modo.
También me di cuenta de que tengo una mala leche reprimida impresionante, lo cual me ha dado algunas ideas interesantes acerca de cómo procesar eso pacíficamente que mencionaré próximamente.
Por lo demás, menos tráfico que a la ida, gracias a Dios y a que decidí salir un día más tarde. Mecánicamente ha ido todo bien, así que gracias al Renault Modus que se ha portado como un titán. Una media de siete litros a los cien kilómetros, las temperaturas siempre dentro de la normalidad y funcionando como la seda dentro de sus modestas limitaciones.
Podría hablar mucho más acerca del viaje, que por cierto, esto no es hablar sino escribir, Javier; pero lo voy a dejar aquí, pues se trata fundamentalmente de tomarme un momento para celebrar que todo ha ido bien y que este reto del viaje en coche ha sido superado.
¡Bravo!
El reto de publicar durante 90 días seguidos
El otro reto, todavía más grande, era el de publicar aquí durante 90 días seguidos. Lo superé con la columna anterior.
Durante 90 días, tres meses, cada día, publiqué una columna de mil palabras. Eso es mucho trabajo. Lo conseguí. Estoy orgulloso de ello.
He aprendido mucho por el camino.
Primero me he demostrado a mí mismo que puedo hacerlo. Escribir cada día durante 90 días exige mucha creatividad, especialmente cuando se requieren mil palabras diarias.
Segundo, hacerlo además los fines de semana requiere de un compromiso y de una disciplina especiales.
Tercero, hacerlo a través del mes de agosto, un mes poco gratificante a nivel de visitas y comentarios, tiene más mérito todavía.
Cuarto, añadir fotos a lo escrito también tiene su mérito, especialmente las fotos que subí y que eran propias, que han sido la inmensa mayoría.
En fin, un gran trabajo de constancia y de creatividad que he llevado a cabo durante tres meses y que me ha permito echar a andar de nuevo el blog, añadirle mucho contenido (escribiendo una vez a la semana hubiera tardado año y medio en crear todo este contenido) y practicar y desarrollar mis habilidades creativas y comunicadoras. Por todo esto, estoy orgulloso de mi trabajo durante este tiempo.
¡Bravo!

What’s next?
Ahora, después de estos tres meses, después de esta panzada de escribir, empieza un nuevo curso escolar (crucemos los dedos) y es el momento de ir asentando esto y probar cosas nuevas. Esto va a suponer algunos cambios:
- Voy a dejar de escribir los fines de semana. La familia es un valor fundamental para mí y mi familia más inmediata es Daniela. No estamos oficialmente casados, pero como si lo estuviéramos. Los fines de semana son para compartirlos con Daniela. Así, los fines de semana los tengo libres a partir de ahora, como si esto fuera un trabajo normal y corriente, que es en lo que está en proceso de convertirse. De esta manera, a partir de ahora publicaré diariamente pero solamente de lunes a viernes. Como en cualquier cosa, puede haber excepciones puntuales.
Y ya está. A grandes rasgos este va a ser el principal cambio. El Sentido de la Vida, ahora de lunes a viernes.
Por lo demás, me hace mucha ilusión empezar a publicar el podcast en abierto. Para eso, primero quiero cerrar el podcast que tengo en cerrado ahora mismo en Patreon. Esto lo haré próximamente, cuando tenga la parte técnica aquí montada para soportar el podcast.
La duda que me surge es: ¿Cómo combino las columnas con los podcasts?
Una posibilidad es sustituir la columna diaria por un podcast diario, tal vez de unos 15 ó 20 minutos. Así, cada semana publicaría cinco podcasts que sustituirían a la columna. Otra opción es combinar ambos: hacer tres columnas y dos podcasts o algo similar.
La idea subyacente es convertir esto en un trabajo. Me explico.
Estoy buscando un trabajo a media jornada para complementar esto mientras lo hago crecer. Al otro trabajo le dedicaré cuatro horas al día y a este, ESDLV, le dedicaré otras cuatro. Escribir la columna diaria, por ejemplo, me lleva sobre una hora, entre que la escribo, la reviso, la maqueto, le añado la imagen y la publico. Además después respondo e-mails, respondo a comentarios en el blog y publico alguna cosa en las redes sociales. Esto me suele llevar en torno a una hora, por redondear. Pero a lo que voy es que cada día me sobran entre dos y tres horas en las que, como no tengo algo definido que hacer, me termino yendo por las ramas. De esta manera, una posibilidad sería incluso publicar una columna y un podcast diario, aunque eso sería probablemente demasiado.
Próximamente tengo además la tarea de crear el pack de audios de hipnosis, así que puedo dedicar tranquilamente una hora diaria a este menester e ir avanzando en el proceso. Calculo que en un mes, dos meses con mucho búfer, esto podría estar listo. En fin, por ir trazando un plan de acción.
Pero bueno, como hago esto al fin y al cabo para vosotros además de para mí, os pregunto:
-¿Os gustaría escuchar un podcast diario de ESDLV o preferís la columna diaria?
-¿Os gustaría leer una columna y escuchar un podcast diariamente?
-Si preferís una combinación de ambas cosas… ¿Cuántos podcasts y cuántas columnas a la semana?
-¿Qué duración preferís para el podcast? ¿10, 15, 20, 30, 45 minutos?
Una opción sería sustituir la columna por el podcast durante tres meses y ver cómo va la cosa. En fin, hacedme saber qué es lo que os gustaría que hiciera. Ya sabéis que mis temas son, principalmente, el entretenimiento, la filosofía, la vida, la PNL, la hipnosis y el desarrollo personal o humano o como lo queramos poner.
Me doy cuenta de que hay mucho más en este apartado de “what’s next?”, pero hemos venido aquí a celebrar y ya es suficiente esto de pensar en el futuro. Mañana más.
Gracias por adelantado por vuestras respuestas.
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