Comienza la semana. El asunto habitual: estás leyendo esto el martes pero yo lo estoy escribiendo el lunes. Mi sobrino diría que “No pasa nada” con su voz tierna y musical, pero sí que pasa. O no. Depende. Esto sería algo apropiado para una encuesta.
La encuesta diría algo así como:
“¿Prefieres que publique algo más tarde pero que escriba el mismo día o prefieres que siga como estoy haciendo y publique de madrugada lo que escribí el día anterior?”
Ya sé que ya hemos hablado de esto, pero noto la necesidad de volver a sacar el tema y, como estoy aprendiendo a atender convenientemente mis necesidades, saco de nuevo el asunto. ¿Qué pensáis?
Decía que esto podría ser tema para una encuesta, pero una encuesta os daría un voto a cada uno. Eso sería, para mí, injusto.
Sería injusto porque aquí hay lectores que participan regularmente, como Dani, Ed, Rosana…, otros que participan y otros que no, y no me parece justo dar el mismo valor a sus votos por ese principio de que el que más da, más recibe.
Tendremos oportunidades en el futuro para poner encuestas aquí, que me gustaría que siguieran ese principio de dar más peso al voto de los más habituales, pero esas oportunidades ya vendrán. Me pregunto cómo hacer encuestas de ese tipo.
Para mantener las cosas sencillas y ponérnoslo fácil, simplemente saco el tema por aquí una vez más para daros una oportunidad de que me expreséis vuestras opiniones: ¿Publico hoy de madrugada lo que escribí ayer o publico hoy a eso de las diez u once lo que escribí esta mañana?
Al margen de este asunto candente pero tal vez irrelevante, tengo algunas cosas de las que me gustaría hablar esta mañana, así que las voy a ir desgranando en diferentes apartados y de manera más o menos ordenada.
¡Mi primer vídeo!
Hace ya algún tiempo que vengo deseando grabar y subir algo a YouTube.
Llevo mucho tiempo escribiendo y mucho menos grabando podcasts. Ponerme a grabar podcasts ya fue un reto muy grande para mí, pues me daba mucha vergüenza. Sin embargo, estoy muy contento de haber empezado y también de haber continuado.
En la misma línea, llevo ya algún tiempo planteándome el grabar vídeos y subirlos a YouTube. Básicamente, lo que me ha detenido hasta ahora ha sido la vergüenza. La siguiente dificultad había sido no tener una línea editorial clara o algo definido acerca de lo que hablar. Es curioso que tampoco lo tengo escribiendo o grabando podcasts pero eso no me ha detenido. Como quería seguir avanzando en este camino invisible que estoy encontrando, necesitaba encontrar alguna excusa, un hilo del que tirar. Mira, los videojuegos.
YouTubing, gaming, streaming…
Hace un par de años conocí a un tipo con el que conecté rápidamente. Teníamos muchas cosas en común.
Un día me contó que no veía la tele sino que, llegaba a casa y se ponía a ver streams de videojuegos.
Para quien no lo sepa, un stream es una emisión en vivo a través de Internet.
En los últimos años se ha popularizado mucho, tanto el streaming como el gaming en YouTube. Dios, ¡ni siquiera tenemos palabras en español para hablar de esto!
El caso es que, cuando este tipo me contó lo que hacía en lugar de ver la tele, me quedé horrorizado.
—Mira, mira, te lo voy a enseñar —dijo.
Me puso un stream de una partida de cartas. Era como el póker, pero en lugar de figuras había monstruos que se enfrentaban entre sí. Supongo que algo similar al Magic, para quien lo conozca.
Yo flipé. Aquel tipo se pasaba horas cada tarde viendo una emisión en vivo de un videojuego.
¿Hasta dónde íbamos a llegar?
Fast-forward un par de años. Ayer, cuando vi que el gamer “Menos Trece” había sacado el décimo capítulo de su serie jugando al videojuego “Alien Isolation”, me pregunté cómo haría un hueco para verlo.
Joder, quería ver cómo acababa aquello.
Es como ver una serie. Es como ver una película.
Mi padre, por ejemplo, no entendía lo de ver series.
—Es como una película pero más larga —le explicaba yo—. Las series hoy en día tienen calidad cinematográfica. Es una película muy larga que se ve en partecitas a lo largo de un extenso periodo de tiempo.
Yo no entendía lo del streaming de videojuegos. Pero es como una película que es como una serie pero que se juega.
—Sí, pero lo juega alguien más —podría decir alguien.
¿Y qué?
Me interesa el juego como arte, como un medio para contar historias, para expresar sentimientos, para mostrar los avances de la técnica. Me da igual si lo juego yo o si lo juega alguien más; estamos compartiendo algo que nos encanta.
Mi primer vídeo gamer
No sé si estaréis al tanto porque publiqué la entrada el sábado, y las estadísticas me muestran que este sitio recibe muchas menos visitas los fines de semana porque, de entrada, no suelo publicar nada. Pero estaba de cuarentena y ésta se terminaba y me vine arriba y me lie la manta a la cabeza y conseguí montar el sarao técnico necesario para grabarme jugando a un videojuego que mi ordenador pudiera mover holgadamente.
Me dio mucha vergüenza.
En la esquinita inferior izquierda se me veía a mí, a ese hombre de 44 años, parado y próximamente padre, que pasaba la tarde grabándose jugando a un videojuego de hace 27 años con un viejo ordenador.
Pero me lo pasé genial.
Revisé la grabación y la subí a YouTube. Otro escollo vergonzoso que tuve que superar. Pero mira, ya lo voy cogiendo el tranquillo.
Joder, es que si me descuido, ¡me muero sin hacerlo!
Lo compartí con mis amigos.
Por la noche tenía dos nuevos suscriptores:
- Mi amigo Dani, de Valencia. Le conozco desde el colegio. Puedo decir: “Bueno, es que me quiere mucho y también le encantan los videojuegos”.
- Manuel. No tengo ni idea de quién es. Vio el vídeo y dijo “Me gusta, quiero más. Me suscribo”.
What the fuck. Pero what the fuck.
O sea, que hubo alguien, que no me conoce, que no es amigo mío, que vio el vídeo, le gustó y decidió que quería ver más y se suscribió.
What the fuck.
Pero qué coño.
Este mundo es maravilloso. Manuel, te quiero. Gracias por haberte suscrito. No sabes lo feliz que me has hecho pero, si lees esto, tal vez te des cuenta.
What’s next?
Me había imaginado muchas veces haciendo algo así pero no me había atrevido. Cuanto más grande es el reto, más grande es la recompensa. Una cosa es imaginarse algo y otra es hacerlo, y hasta que no lo hacemos no sabemos si sí o si no.
A mí me ha encantado hacer esto, y mi amigo Dani y Manuel están esperando a que publique algo más. Ya tenemos lío. No puedo esperar a grabar algo más.
Estuve revisando el sitio de juegos clásicos de PC del Internet Archive y haciendo una lista de cosas que me gustaría jugar a continuación. Pondría una encuesta, pero ya llego tarde porque ya me he instalado el Splinter Cell, un juego al que jugué hace mil años y que me encantó y al que me gustaría darle un tiento. Afortunadamente, me he podido hacer con una copia legal y gratuitamente y será una buena manera de subir el nivel de exigencia a mi PC y ver si está a la altura.
La demo consta de tres misiones. Tal vez den para tres vídeos, uno por misión. Lo sabremos a medida que lo vayamos jugando.
Videojuegos y ecología
Evidentemente, ponerme a hacer esto tiene un impacto en mi ecosistema. Me imagino, por ejemplo, explicándole esto a mi suegro. Eso me hace darme cuenta de… ¿Cómo me explico esto a mí mismo? Estoy en ello.
Es necesario, para que esto resulte saludable y próspero, integrarlo ecológicamente en mi vida. ¿Cómo lo hago?
Por ejemplo, lo puedo usar como zanahoria.
Ya sabéis que, en mi día a día, me enfrento a tareas que para otras personas son normales y cotidianas pero para mí son retos titánicos. Ejemplo: llamar al Finanzamt para dar un paso más para conseguir un certificado de residencia fiscal en Alemania.
Pues bien, me queda prohibido jugar ese día hasta haber completado esa tarea. Cuando la haya cumplido, puedo jugar.
Así, a lo largo de esta semana tengo varias tareas de ese tipo que realizar, unas de ellas más retadoras que otras. Voy a probar a empezar de menor a mayor dificultad y las voy a ordenar según los criterios apropiados. Por ejemplo, escribir un email es más asequible que hacer una llamada. Hacer una llamada en español es más asequible que hacer una llamada en alemán.
De esta manera, la lista de tareas a realizar esta semana queda como sigue:
- Escribir un email a mi terapeuta para decirle que ya he vuelto de España y he superado la cuarentena y estoy listo para continuar con la terapia
- Enviar un email al INEM alemán para decirles que ya estoy de vuelta y he superado la cuarentena y estoy listo para hacer un curso de orientación laboral
- Llamar al 1004 para ver si desde Alemania puedo dar de baja el pack de Movistar de mi padre, que ya no lo necesita.
- Llamar al Finanzamt para avanzar el asunto del certificado
Creo que me dejo algo, pero os podéis hacer una idea de cómo va a funcionar esto. Ojalá que apreciéis también la transparencia con la que estoy compartiendo esto con todos vosotros.
Anexo de organización y prosperidad
Además de esto, añadir aquí que, como complemento a este nuevo hábito que estoy practicando de empezar cada jornada comprobando mi agenda del día, he añadido todavía algo más.
Puede suceder, y de hecho así fue el evento que originó está iniciativa, que tenga una cita un lunes a primera hora de la mañana. En tales casos, puede ocurrir que, cuando el lunes por la mañana compruebe la agenda del día, ya sea demasiado tarde. Para adelantarme a esto, he añadido un evento en mi agenda en la noche del domingo para revisar la semana entrante. De este modo, si tengo algo programado a primera hora del lunes, estará cubierto.
Despedida y cierre
Como podéis ver, me he sentado y he escrito más de 1.700 palabras del tirón. Hay mucha motivación y mucha energía para mí en esto de los vídeos. Por eso, voy a seguir explorándolo.
Soy consciente de que a muchos de vosotros os importarán un pimiento estos vídeos, lo que puede hacer que os vayáis. Sería una lástima, pero es un precio que estoy dispuesto a pagar. Quienes os quedéis, disfrutaréis de una mejor parte de mí.
Forma parte de la evolución. Que así sea.
Responder a Dani Cancelar la respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.