Si la semana pasada compartí con vosotros mi DAFO personal, esta semana quiero compartir con vosotros mi Ikigai. Son herramientas similares aunque de alguna manera complementarias. ¿Qué es un Ikigai? Bueno, acompáñame al interior de la columna y te daré más detalles.
Como lo he entendido yo, el Ikigai es un cruce de cuatro cosas: lo que nos encanta, en lo que somos buenos, por lo que la gente nos paga y lo que el mundo necesita. De los lugares imaginarios en los que estas cuatro “cosas” coinciden, surgen cuatro “cosas” más (me encanta cosificar las cosas): la pasión, la profesión, la misión y la vocación. Y ya, finalmente, en el cruce entre esas cuatro cosas trascendentes, surge lo que podríamos llamar, técnicamente, “la hostia”; algo así como el Nirvana laboral y de estar y formar parte del mundo: cuando estamos haciendo y dedicándonos a algo que nos encanta, que tiene un sentido en el mundo en el que vivimos, que se nos da bien y que la gente nos paga por ello. No sé, ¿a vosotros qué os parece? A mí me parece la hostia.
Como detalle curioso, decir que Ikigai viene del japonés y no significa ni la hostia ni la leche, sino algo así como “la razón de vivir”. Pero bueno, para que nos entendamos, viene a ser lo mismo. Sigamos nuestro Ikigai.
Ya sabéis que, a medida que voy levantando cabeza y volviendo a la vida después de vegetar durante muchos años y antes de eso arrastrarme angustiosamente por la vida, pues me voy interesando por disfrutar de la misma y prosperar, dando pasitos cada día para estar y pasármelo mejor. Como parte de esto, encontrar/crear un trabajo que encaje en mi Ikigai, o que sea la hostia, forma parte de mi propósito. Si la semana pasada me puse muy técnico con eso del DAFO personal, esta semana me pongo más filosófico oriental con esto del Ikigai para revisar el asunto desde una nueva perspectiva. Lo he encontrado muy interesante, aunque sólo sea por el hecho de sentarnos y dedicar un momento a reflexionar acerca de este tema con esta herramienta que es el Ikigai.
A continuación comparto el resultado con vosotros y os pido feedback al respecto. Gracias por adelantado.
Lo que amo
- La técnica y la tecnología
- El lenguaje
- La comunicación
- Escribir
- Hablar
- Los seres humanos
- Aprender
- Superarme
- Conducir
- Música
En lo que soy bueno
- Comunicar
- Empatizar
- Comprender
- Entretener
- Divertir
- Vivir en incertidumbre
- PNL e hipnosis
- Perseverar
Por lo que me pagan
- Por resolver retos técnicos
- Por mi ingenio
- Por hacer PNL e hipnosis
Lo que el mundo necesita
- Calma
- Comprensión
- Autoconocimiento
- Entendimiento
- Conciencia
- Recursos internos
- Estrategias
- Técnicas
- Limpieza
- Salud
Reflexiones finales y cierre
El proceso me ha resultado relativamente fácil y agradable. ¿Qué queréis que os diga? Es agradable sentarse a reflexionar acerca de los propios dones y talentos. ¿En qué soy bueno? ¿Qué se me da bien? Estando tan acostumbrado a vapulearme y a percibir mi peor parte, un cambio resulta definitivamente estimulante.
Lo que más me ha costado ha sido la parte de “¿Por qué me paga la gente?”. He tenido que llevarlo al pasado: “¿Por qué me ha pagado la gente en el pasado?”. Básicamente, por usar mi ingenio para resolver problemas, ya sean técnicos o humanos. ¿Pero acaso no hacemos todos eso, resolver problemas? También me han pagado por lo que escribo, lo cual mola. Mola mucho. Me han pagado hasta por conducir BMWs, lo cual mola todavía más.
La pregunta es: “¿Por qué me va a pagar la gente en el futuro?”. Pues por trabajar desde mi Ikigai, por supuesto. ¿Qué es lo que pensáis que se me da bien a mí? ¿Por qué me puede pagar la gente? Y ya, rizando el rizo: ¿por qué me pagaríais a mí?
¿Qué pensáis de esto del Ikigai? ¿Os gusta el sushi? ¿Lo conocíais? ¿Habéis hecho vuestro propio Ikigai? ¿Lo vais a hacer? ¿Qué vais a cenar?

Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.