La entrevista

La abuela se lleva el carrito con el Luqui. Está lloviendo, así que sobre el cochecito está el plástico impermeable que, con el paso de los meses, ha ido perdiendo lustre y cada vez es menos transparente. Cerramos la puerta. Nos miramos. Daniela se mete en su habitación y yo en la mía. ¡Hasta luego!

Esta noche me hacen una entrevista. De ahí el título de la columna de hoy.

Conocí a Vicent, Vicente, en un curso de monólogos de humor que seguimos juntos. Estaba en la puerta del ayuntamiento de Llíria esperando al profesor cuando le vi aparecer. Se presentó con una especie de rap. Me quedó muy claro, muy rápidamente, que estaba conociendo a alguien muy especial.

Hicimos el curso juntos. Hicimos lo que podríamos llamar “el monólogo de graduación” y, finalmente, fuimos más allá y sacamos adelante una tarde de humor en las fiestas de un pueblo del interior de Valencia cuyo nombre ni siquiera recuerdo. Debía de haber unas 200 personas en aquella sala. Pensé que saldríamos con los pies por delante, pero hasta nos pagaron. Después de aquel gran golpe, cada uno se fue por su lado.

Hace poco me recontactó porque me quería hacer una entrevista. Junto a una amiga tienen un canal de YouTube llamado “Vibr4mor” en el que hacen entrevistas, supongo que a gente peculiar. Hoy, por fin, me toca a mí. Hablaremos acerca de PNL, Hipnosis y desarrollo personal. La verdad es que me hace mucha ilusión.

Hace ocho años, entre que terminaba mis estudios de PNL e hipnosis y descubría el pastel del Big Crunch, abrí una consulta en casa y me puse a ver clientes. No se puede decir que no fuera valiente.

Viví un poco de todo. Al principio se me hacía muy raro mirar a la gente y decirle:

—Y… cuando piensas eso… ¿lo haces en imágenes, en sonidos o en ambos?

La gente me miraba estupefacta.

—¡¿Cómo?!

—Bueno, me estás diciendo que estás pensando en tal cosa. ¿Cómo haces para pensar en eso? ¿Con imágenes o con sonidos o con ambas cosas?

—Pues no lo sé.

—Bueno, pues mira el pensamiento —decía señalando el lugar en el espacio en el que les había visto poner ese pensamiento— y dime si son imágenes o sonidos o de qué se trata.

—Ah, son imágenes.

—Muy bien. ¿Son grandes o pequeñas?

—Pues son bastante grandes.

—Bastante grandes. ¿En color o blanco y negro?

—En color, en color…

Y así seguía.

Naturalmente, cuando pensamos algo que nos asusta, lo hacemos bien grande y a todo color, muy cercano y a través de nuestros ojos, para qué escatimar.

Era algo fascinante, y yo parecía tener un talento especial para aquello. La PNL me encantaba. Verdaderamente estaba obsesionado con aquello. Vivía y respiraba PNL e hipnosis.

De aquella época, me quedo con la persona que había tenido un trauma y no se atrevía conducir en autopista. Le parecía demasiado peligroso. Hicimos la sesión y luego me lo llevé a conducir por la autopista hasta la playa. Tenía que probar mi trabajo.

–Arranca y vámonos —le dije tras hacer el cambio de conductor en la gasolinera saliendo de la ciudad.

—Es que no me atrevo…

—¡Que arranques, copón!

Giró la llave, metió la primera y salimos de allí disparados.

En cuanto salió a la autopista supe por qué le daba tanto terror conducir: si vas a 60 kilómetros por hora por la autopista, puede dar mucho miedo. Los coches te pasan a toda velocidad.

—Lo estás haciendo muy bien —le dije—. Ahora; ¡pisa el acelerador!

En cuanto superamos los cien por hora, todo estuvo mucho mejor. Llegamos a la playa. Aparcamos y nos sentamos en un banco a ver el mar. Me saqué un cigarro.

—¿Puedo conducir de vuelta?

Me reí.

—Claro —dije sonriendo.

Condujo de vuelta. Incluso entró en la ciudad y llevó el coche hasta el garaje. Recuerdo cuando me pagó.

Sacó el billete de 50 de la cartera y me dijo:

—Buah, javier; no sabes lo que has hecho por mí. Esto sólo es un billete, un trozo de papel… Pero hoy me has dado la vida.

Disclaimer: yo no le di la vida. Lo hicieron sus padres.

Recuerdo una mujer que vino a verme. Le iba muy mal. Tenía pensamientos suicidas. Su novio veía fantasmas, literalmente.

A mí no me importa. Si alguien me dice que ve fantasmas, yo quiero saber qué aspecto tienen. ¿Llevan una sábana? ¿Son translúcidos? ¿Llevan ropa de época? Yo no estoy ahí para cuestionar la realidad de las personas, sino para ayudarles a maniobrar en la misma.

Recuerdo que abordamos sus pensamientos suicidas.

—¿Y cómo haces para pensar en eso? —y seguí el movimiento de sus ojos.

Movió sus ojos de varias maneras y se quedó, finalmente, mirando un girasol de plástico que tenía sobre una estantería. Se me hizo evidente que, en ese lugar, pasaba algo realmente malo.

—¿Es una imagen eso que estás viendo? —pregunté.

—No, no estoy viendo nada… —respondió.

Yo no estoy para discutir, estoy para dar opciones a la gente, opciones con las que construir nuevos recursos.

—Ya veo… De acuerdo. Entonces, cada vez que veas el girasol de plástico, vas a hacer lo siguiente…

Y construimos un recurso importante para ella, lo practicamos y lo dejamos en su sitio.

Unas semanas más tarde me escribió. Me dijo que la sesión había tenido un impacto muy fuerte y que la última vez en que había pensado en suicidarse se había acordado del girasol y ahora sabía qué hacer. Me contó acerca de sus planes de futuro.

Disclaimer: yo no le salvé la vida; ella lo hizo.

Hice tal vez una docena de sesiones antes de que llegara un chico.

Era un vendedor en una tienda de tecnología.

—Ah, ok. ¿Y cuál es el problema? —le pregunté.

—Ninguno —contestó—. Es sólo que me encanta mi trabajo y quiero hacerlo mejor.

Caray, con eso no había contado.

Afortunadamente, me di cuenta de que tenía suficientes herramientas en mi caja y le propuse algo con lo que desarrollar sus habilidades de venta. Trabajamos minuciosamente durante más de una hora, pero lo podemos resumir en una palabra: empatía. También se marchó encantado.

Recuerdo otro cliente con el que hice una sesión también muy exitosa, pero fue un tema muy sensible y prefiero guardarlo entre él y yo. También sé hacer eso.

Hace ya más de ocho años de esta época.

Dejé de hacerlo porque empecé desenterrar dolor, y pronto se me hizo evidente que tenía mucho trabajo por delante. No parecía razonable trabajar con gente cuando yo mismo tenía tanto que hacer conmigo, así que cerré la consulta y me centré en mi propia recuperación, que fue mucho más larga y dura de lo que yo había pensado y también más de lo que había imaginado.

Han pasado ocho años, y han pasado muchas cosas.

Sinceramente, creo que tengo un talento para esto. Se me da bien, lo disfruto enormemente y me resulta sumamente atractivo. La PNL, la hipnosis y el desarrollo personal, casi más el “desarrollo humano” o incluso “desarrollo espiritual”. Y creo que tengo también algunos dones que me diferencias de otras personas que ya hacen maravillas en este campo. Ahora, esto son creencias, y como tales, deben ser puestas a prueba.

También tengo una gran capacidad de análisis, profundidad y flexibilidad de pensamiento y mucho humor. Ahora, con el bagaje que me han dado los años y el camino que he recorrido, tengo además otras cosas que entonces me faltaban. Sin embargo, me pregunto: ¿Me quiero dedicar a esto?

La respuesta es: si no hago esto, ¿qué hago? Tal vez sea mi misión ayudar a la gente a salir de la miseria (espiritual). Son cosas raras que decir, pero bueno… a estas alturas, ya me resulta difícil sorprenderme.

De momento esta noche tengo la entrevista, que seguro que me ayuda a aclararme, y mañana tengo una sesión con Vince para saber qué puedo hacer por él con ese asunto que mencionó.

Tengo entendido que la entrevista se puede seguir en directo. Caray, qué emoción. Cuando acabe, supongo que quedará disponible. A continuación enlace a la misma. Es a las nueve de la noche de hoy, 15 de marzo de 2022.

Entrevista a Javier Malonda. PNL, hipnosis y desarrollo personal.

Y tal y tal.

Comentarios

2 respuestas a «La entrevista»

  1. Avatar de Eva
    Eva

    Eres una pasada y lo sé desde el primer momento en que te vi. No me hicieron falta muchas palabras para dejarte la llave del Hogar y darte esa confianza y libertad.
    Me ha encantado tu columna. Eres tan transparente que debes protegerte mucho mucho.
    Un abrazo.

    1. Avatar de Javier

      Gracias Eva. 🙂

      Un abrazo.

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