¿Estudias o trabajas?

Llevo ya seis años y casi diez meses de lo que llamo Uncrunching; del proceso de recuperación del Big Crunch. Todo esto ha sido una gran mierda, pero con el tiempo, y la reducción del dolor, voy aprendiendo a apreciar las cosas buenas de este asunto que, como cualquier otra cosa en la vida, también las tiene.

Y una de esas cosas buenas del Big Crunch ha sido la oportunidad que me ha dado para experimentar cómo la percepción depende del estado de la consciencia. Estas son palabras muy grandes, así que, a modo de ejemplo, podemos decir que, cuando estamos hechos una mierda todo nos parece una mierda y, por ejemplo, cuando nos tomamos dos copas la gente parece más guapa. Literalmente el mundo se transforma. No sé que opinas, pero a mí eso me parece sencillamente asombroso.

He sido muy filósofo en la vida. He pensado mucho en todas las cosas. Es una gran manera de abstraerse del dolor, entre otros beneficios que la actividad aporta.

Por ejemplo, ¿qué es la consciencia? Esa es una gran pregunta.

La consciencia podría explicarse como un agujero negro, aunque luego tendríamos que explicar qué es un agujero negro.

Pero piénsalo: todo lo que percibimos, toda esa información… las imágenes, los sonidos, las sensaciones… ¿Adónde va?

Bueno, al centro de la cosciencia, que es un agujero negro. Se precipita a su interior. Eso tiene mucho sentido.

He sido muy filósofo, pero nunca pensé que mis filosofadas fueran gran cosa.

Un día, leyendo una entrevista en la sección “A la contra” del periódico La Vanguardia, leí algunas cosas de un físico teórico. Decía que en el interior de cada ser, y de cada cosa en el universo, hay un agujero negro. Eso tenía mucho sentido para mí. En física, cada objeto puede sustituirse por su centro de gravedad. Pero a lo que iba es que resultó que este hombre pensaba lo mismo que yo, filósofo aficionado. Encuentro estas sintonías gratificantes.

No soy el único que piensa en agujeros negros. Con el tiempo he llegado a creer que es uno de esos pensamientos que irradian los cerebros cuando sus dueños pasan por lo que podríamos llamar “procesos depresivos”, esos momentos vitales en los que nos hacemos preguntas del tipo “¿Cuál es el sentido de la vida?”.

Mira, el que acaba en .net. Esa es mi aportación al respecto.

No recuerdo en qué película de Woody Allen, yace el mismo en una cama con una prostituta negra. Acaban de tener sexo y están los dos tumbados sobre sus espaldas mirando el techo. De pronto, Woody le pregunta:

—-¿Sabes lo que es un agujero negro?

La mujer responde:

—Cariño, ¿cómo te crees que me gano la vida?

A lo largo de mi proceso de recuperación he podido experimentar de primera mano la relación directa entre el dolor y la atención y cómo, en condiciones de dolor extremo, en condiciones de extrema gravedad, la atención se dobla sobre sí misma y uno sólo puede prestar atención a sí mismo. Es fascinante. Es como si la información intentara escapar a la extraordinaria gravedad casi en vano. De pronto uno está increíblemente presente, “surfeando el horizonte de sucesos”. Dependiendo de la gravedad del asunto, uno cae de uno o del otro lado.

Tiempo y espacio. Todo se desarrolla ahí.

Puedes creer que tienes mucho tiempo hasta que estás a punto de morir. De pronto, todo cambia en un instante. Cuando no tienes tiempo, todo es espacio.

Agujeros negros.

Afortunadamente, aquel día, yo caí de este lado. De tu lado.

Da igual quién seas: si estás leyendo esto, yo caí de tu lado. Mientras lo hacía, tuve la oportunidad de vivir entre las bambalinas de la existencia. Aprendí algunas cosas.

A medida que me recuperé, a lo largo de los años, pude comprobar cómo, a medida que la gravedad disminuye, el mundo exterior va cobrando relevancia.

Si lees mi blog, gran parte de ello es: yo, yo, yo. Luego es mí, mí, mí. Todavía lo hago, pero lo voy reservando solamente para la meditación diaria.

El resto del tiempo, de una manera natural, voy interesándome cada vez más por el mundo a mi alrededor y, en particular, por ti, ti, ti.

¿Quién eres? ¿De dónde vienes? ¿Cómo llegaste aquí? ¿Adónde vas? ¿Qué podemos hacer juntos?

Ayer no escribí. ¿Para qué? ¿Para hablar acerca de que me levanté por la mañana y desayuné y me duché? Eso ya lo sé. ¿Qué me importa?

Poco a poco me voy pudiendo permitir el lujo de interesarme por ti.

En fin, próximamente extenderé algunas invitaciones a participar en el podcast. Me encantaría poder entrevistaros y aprender acerca de vosotros, de vuestras vidas, de vuestras heroicidades, de vuestros sueños, vuestros retos y vuestras metas. Me encantaría que participarais.

Y ya está. ¡Esto es todo por hoy!

¡Dispérsense!

Comentarios

2 respuestas a «¿Estudias o trabajas?»

  1. Avatar de Barbara
    Barbara

    Sigue escribiendo, y gracias

    1. Avatar de Javier

      Gracias por el feeback, Bárbara.

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