Mentiría si dijera que no soy fan de las estadísticas. Lo soy. Montar un sistema de estadísticas fue una de las primeras cosas que hice. Quería saber cuánta gente lee lo que escribo. Es verdad, y lo más importante es aceptar y reconocer la verdad. A partir de ahí, y teniendo en cuenta que esa gran letra “M” ya tiene algo sobre lo que apoyarse, continuemos.
Esto no va a ir solamente de estadísticas, sino también de otras cosas. Valga el título a modo de cajón de sastre para hablar de algunas cosas variadas que me he ido dejando en el tintero en las últimas columnas e incluso semanas. Por cierto, durante muchos años creí que era “cajón desastre”. En el fondo se trata de prácticamente lo mismo. ¿Acaso no es interesante? Estas cosas me pirran.
Monté dos sistemas de estadísticas: por un lado un plugin de WordPress que recoge estadísticas; por el otro lado, las analíticas de Google. Este sitio tiene apenas un mes y medio de vida, ¿no es un poco pronto para mirar estadísticas? Sí, lo es. Pero es que me encanta mirar estadísticas.
Pero vamos un poco con los números, para los aficionados a las estadísticas como yo. Antes de hacerlo, un poco de contexto.
Este no es un blog nuevo, sino un blog antiguo. Entre 2002 y 2012 estuve escribiendo más o menos activamente aquí. Eso son muchos años para un blog; la inmensa mayoría, estadísticamente, mueren mucho antes que eso. Me lo estoy inventando, pero bien podría ser cierto.
Aunque después estuvo también muchos años vacío e inactivo, mucha gente conoce El Sentido de la Vida. Algunos llegan aquí, simplemente, por curiosidad, preguntándose “¿Qué fue de aquel blog que leía yo hace muchos años?”. Entran en el buscador de turno, generalmente Google, y buscan “elsentidodelavida” o “esdlv” o “javier malonda” y llegan hasta aquí. Otros muchos están conectados conmigo a través de Facebook y han visto el anuncio que he hecho. Algunos vienen y van y otros vienen y se quedan. Y está bien.
Pero vamos con los números.
Una distinción importante es la de visitantes y visitas. Esto es algo relativamente nuevo para mí. Los visitantes son las personas que llegan al sitio web, mientras que las visitas son el número de páginas consultadas por estas personas. Es decir, una persona puede leer varias páginas, lo que hace que un visitante pueda realizar varias visitas. Así, el número de visitas siempre es superior al número de visitantes. Para qué puede resultarme útil esta distinción, esa es una pregunta abierta.
Vamos primero con el número de visitantes.
Ayer, por ejemplo, llegaron hasta aquí 30 visitantes. Fue, digamos, un día flojo. La media está en torno a los 40 visitantes diarios y en ocasiones, en un día fuerte, llega a los 50 visitantes. En la última semana llegaron unos 400 visitantes, y en el último mes este sitio tuvo el honor de ser visitado por más de 1.000 personas.
Este es el aspecto que tienen 40 personas (aunque los he contado y en realidad sólo hay 32), que son las que cada día soléis visitar este sitio:

Fuente
Gracias por venir.
En cuanto a las visitas, esto es, el número de páginas del sitio leídas, diariamente suele estar en torno a 200. Eso hace unas 1.500 visitas semanales y unas 5.000 visitas al mes.
Para un blog que ha empezado hace mes y medio, recibir 5.000 visitas en un mes es una burrada, es una cifra enorme. Por eso doy las gracias. Llueve sobre mojado, y por eso este sitio recibe tantas visitas rápidamente: muchos conocéis ya ESDLV, conocéis lo que hago y cómo lo hago, y sabéis de la calidad, del cuidado y del mimo con el que hago esto. Os agradezco vuestro aprecio y vuestra compañía.
Una parte de mí quiere hacer crecer estas cifras rápidamente. Estoy en el paro, estoy empezando un negocio a partir de este sitio en Internet y quisiera estar ganando dinero ya. Cada día que no gano dinero se siente como una piedra más sobre mi espalda cuando podría ser diferente, pues tengo ahorros, ahora mismo sigo incluso recibiendo mi antiguo sueldo (gracias) y, sinceramente, estoy bien. Me lo puedo tomar de una manera más sana, aprovechando que hago esta reflexión.
La otra parte aprecia vuestra compañía, vuestro apoyo, vuestro reconocimiento, vuestra apreciación. Lo que hago gusta, lo que hago es útil. Lo que hago es, de alguna forma que estoy aprendiendo a reconocer, valioso. Se siente bien estar aquí escribiendo esto. Mi cerebro no lo termina de entender, pero mi corazón y mis tripas afirman, sin palabras, que esto es lo que quiero hacer ahora. Y yo lo hago con la esperanza de comprenderlo.
Este es un buen momento para el grafiti de hoy:

Fuente: Javier
Este es ese momento, ese largo momento de paciencia y confianza, que tiene lugar entre que plantamos las semillas y surgen los primeros brotes. Ese tiempo en el que parece que no ocurre nada. Ese momento de lenta y silenciosa actividad bajo la tierra, más allá de lo que nuestros ojos pueden ver. Las cosas importantes suceden tan despacio… Acostumbrado al ritmo frenético, no es fácil detenerse y apreciar el laborioso y dedicado trabajo diario.
Hoy son algo menos de mil palabras, pero sigue siendo una columna más, sigue siendo un día más, sigue siendo una acción diaria más, sigue siendo un diente de una rueda encajando con otra rueda más grande haciendo girar lentamente un gran mecanismo.
¿Y qué tiene que ver esto con las estadísticas? Y yo qué sé. Que estoy aprendiendo a quitarles importancia.
Argh, hoy es una de esas columnas que se quedan cojas.
Pero mira, estas también cuentan.
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