El dilema del curso

Esta es una de esas veces en las que me quedo dudando con el título. Me doy cuenta y me pregunto: “¿Qué más da?”. Y sigo escribiendo. ¿Qué más da el título que le ponga? ¿Acaso no es más importante escribir la columna y hacerlo de una manera fluida y disfrutarlo? Pues sí, así que vamos allá.

Iba a meterme con las Cartas a los padres, pues ayer Luqui cumplió cuatro meses y comienza así el quinto, de modo que toca tomar las Cartas a los padres e informarse de lo que viene, pero las Cartas a los padres están en el comedor y ahora mismo están ahí Daniela y Lucas en un frágil estado de duermevela y, de nuevo, ¿para qué interrumpirlo o arriesgarme a ello? Así que vamos con cualquier otra cosa.

Y podemos, por ejemplo, mientras recuerdo que llevamos tres o cuatro días esperando a que Luqui haga caca (falsa alarma esta mañana), hablar acerca del dilema del curso. Que tampoco es para tanto, de ahí las dudas, pero es que estoy en un momento en el que tengo que tomar una decisión. Vamos, una de esos cientos de decisiones que tomo cada día. Así que… ¿para qué tanta importancia?

Y mientras recuerdo que me sigo recuperando del Big Crunch y que ayer se ensambló la parte alta de mi pecho y mis brazos y mi cuello un poco más, con todavía una reducción más del dolor cotidiano (¡Yuhu!), procedo a contaros de qué va el dilema.

El caso es que ya he terminado el segundo proyecto del curso. En realidad es el tercero, pero el primer proyecto era el número cero. Pero a lo que iba: que he terminado ya el segundo proyecto y funciona y cumple todas las especificaciones. Me lo he pasado en grande.

Es una aplicación web en plan pequeño e-bay, con sus subastas y sus precios y sus productos y sus descripciones. Con sus usuarios y las páginas privadas de los usuarios, como la Watchlist. También una página de categorías en la que se pueden mostrar las subastas por categorías, cada una con su enlace a su página de descripción, todo generado dinámicamente. Es una pasada y, con sus retos y dificultades, me lo he pasado muy bien programando todo a saltos y con llantos de bebé de fondo. Cada vez que algo ha funcionado ha sido una gran satisfacción, y al final he hecho algunas cosas del tirón que incluso me ha sorprendido que funcionaran a la primera. Es una gran alegría darme cuenta de lo que aprendo y de cómo las diferentes partecitas se van ensamblando entre sí cual cuerpo durante el Uncrunching.

Ahora, hay algunas cosas que me han quedado algo chapuceras. Funcionan, pero no es la mejor manera de hacerlo. En concreto, he localizado tres áreas:

  • Formularios: Me he hecho los míos propios, aunque lo suyo sería usar la clase de Django al efecto, incluidas sus validaciones.
  • GETs y POSTs: Una petición web se puede realizar de varias maneras, principalmente mediante un GET o un POST. Con la primera se pasan los parámetros por la URL y con la segunda se embeben en la petición web. Hay que aprender cuándo usar una y cuándo la otra. Pues bien, yo lo he aprendido, y por el camino he dejado un par de los errores que me enseñaron. Funciona, pero no está bien hecho y está sujeto a posibles fallos. Si por ejemplo el usuario recarga la página desde la que se acaba de crear una subasta nueva, la subasta se creará de nuevo.
  • Modelos y tablas en la base de datos: Ayer me enteré de que Django puede crear automáticamente tablas intermedias para relacionar tablas entre sí cuando se especifica en el modelo. Yo lo hice a manopla. Funciona, sí, pero no es la mejor práctica. Lo mismo para las llaves foráneas. Mi implementación funciona, pero no es la mejor manera de hacerlo.

Terminado el proyecto y funcionando y esperándome ahora creo que la parte del JavaScript en la siguiente lección, a la que le tengo muchas ganas, me enfrento al dilema: ¿vuelvo atrás y rehago estas partes de acuerdo a las mejores prácticas o sigo adelante y hago estas cosas mejor en el próximo proyecto?

Por un lado estaría muy bien volver atrás y practicar las mejores prácticas, pero por el otro estaría muy bien aprovechar el impulso y la motivación y simplemente fluir.

En fin, podría entrar en otros temas pero me saldría del tema de la columna, así que… ¿qué opináis vosotros? ¿Debería vover atrás y rehacer y mejorar y practicar las mejores prácticas o debería aprovechar el impulso y entrar en el JavaScript y hacerlo mejor en próximos proyectos?

Como mínimo puedo apreciar el valor de haberme dado cuenta de mis errores y hacer aprendido acerca de sus soluciones.

Comentarios

2 respuestas a «El dilema del curso»

  1. Avatar de Ed
    Ed

    Fluye hacia adelante. No refactorices lo que ya has hecho mientras aprendías, ya tendrás oportunidad en otros ejercicios. Son pruebas, no es la web de un cliente real.

    1. Avatar de Javier

      Pensaba que me ibais a decir que hiciera las mejores prácticas.
      Al final he fluido hacia adelante y estoy ya con el proyecto de JavaScript. Super chulo, aunque nivelazo: estoy haciendo un cliente de correo en JS!

Deja una respuesta