Cartas a los padres: El sueño

Acabo de recibir luz verde de Intendencia para dedicar un rato a seguir informándome acerca de cómo criar a un bebesito sano, fuerte y flexible, así que vamos con ello. Con esta carta seguramente terminemos con el primer mes, ya que lo que viene después son algunos anexos y temas secundarios que se salen de nuestro propósito. Pero vamos hoy con el sueño del bebesito. Cámara, ¡acción!

Mes 1: El sueño

Dormir, lo titulan en alemán.

¿Dónde debería dormir el bebé, en su propia cuna o en la cama de los padres? Esta se ha convertido casi en una pregunta ideológica. Si la madre da el pecho, se encontrará más a gusto y tranquila si el bebé duerme junto a ella. ¿Y el padre? Hablen acerca de ello. Al bebé le da igual mientras se pueda dormir tranquilamente y usted le atienda al poco de hacerse notar.

También debe el bebé tener un lugar en el que descansar durante el día. Además de las típicas opciones, está la llamada furla de portar, donde el bebesito puede dormir en contacto con el padre o la madre. Practiquísimo y muy agradable cuando el bebé colabora.

Tenga en cuenta que un bebé ignora todavía la diferencia entre el día y la noche, la Pils y la Weissbier. Tampoco se pueden adaptar sus ciclos de hambre o sueño a nuestros ritmos cotidianos. Por suerte, el bebesito no necesita una habitación oscura y silencio absoluto para dormir a pierna suelta, aunque estas cosas pueden ayudar.

Las posturas sobre la barriga o sobre la espalda ofrecen diferentes posibilidades. En la primera, el bebé tratará de levantar la cabeza. En la segunda, explorará el entorno con mayor facilidad y puede encontrar sus manos. De cualquier manera, sepa que los pediatras desaconsejan que el bebesito duerma sobre la barriga hasta la edad de doce meses, el primer año o los 12.000 kilómetros, lo que suceda primero. En esta posición todavía no puede librarse de una almohada o cojín que se haya desplazado y puede terminar asfixiándose.

A propósito de eso, la causa del llamado “Síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)” sigue siendo un misterio, pero se ha comprobado que poner atención a diferentes elementos del entorno reduce las probabilidades de su ocurrencia. De la posible combustión espontánea, por fortuna las Cartas a los padres no mencionan nada.

A los bebesitos les encantan los rituales y ceremonias, así que puede usted crear la suya para ponerlo a dormir. Los bebés duermen óptimamente a una temperatura de 18 grados, con la cabeza descubierta y en el interior de un saco de dormir.

Anexo: Recomendaciones acerca del entorno del bebesito para prevenir la muerte súbita

  • Postura sobre la espalda
  • Almohada fuera
  • Saco de dormir
  • Esterilla (es broma)
  • Colchón firme, plano y transpirable.
  • Cunita propia en la habitación de los padres
  • Temperatura de la habitación entre 16 y 18 grados Celsius
  • Entorno libre de humos

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