Una cuestión de tiempo

Aprovecho parada en boxes de Luqui. Debería estar llenando cajas de cartón con cosas, pero la verdad es que estamos ya bastante avanzados. Nos quedan unas dos semanas y ya tenemos encartonadas la mayor parte de las cosas que no necesitamos. Las cajas de cartón se amontonan por las esquinas.

Ojalá que quepa todo en las dos furgonetas que hemos contratado. En caso contrario, o bien una de las furgonetas tendrá que hacer un nuevo viaje o bien tendremos que tirar de Modus o de lo que nos puedan dejar los suegros. Yo pienso que entrará todo, pero me equivoco mucho. En dos semanas sabremos más.

Ayer falté a la cita con el blog. Por la mañana fui a mi última sesión de terapia. No es que no necesite o no pueda aprovechar más, es que nos mudamos. Pero bueno, ya estoy muy encaminado y, básicamente, es siempre lo mismo: me tumbo en el suelo, me meto los huesos algo más en el sitio, el alivio por la reducción de tensión soportada durante treinta años es atronador y termino llorando. Al llorar, hago más sitio para que los huesos se muevan un poco más a su posición original y, entonces, vuelta a empezar. Son ciclos más o menos semanales, aunque también depende de la fase.

Fue interesante, esa última sesión. Hicimos balance y me sirvió para darme cuenta, una vez más, del camino que llevo recorrido. Además la mujer me hizo notar que, en el último año y medio, he tenido mucha tela: fui despedido del trabajo, se murió mi padre y nació mi hijo. Eso es mucho con lo que lidiar además de con el Big Crunch. Pero sí, me di cuenta de que llevo mucho recorrido y echaré de menos a la buena mujer, que me ha ayudado mucho, aunque sólo fuera escuchándome y dándome un espacio cada cierto tiempo para expresar cosas para las que, de otra manera, es muy difícil encontrar un contexto. ¡Me tuve que abrir un blog para poder hablar de ello!

Y entre que fui caminando, que me lleva casi una hora llegar hasta allí, que me sirve para despejarme, tanto a la ida como, especialmente, a la vuelta, más la hora de sesión más el regreso, pues se me fue la mañana, y el resto del día lo tengo que dedicar a compensar a Daniela, que se ha ocupado de Luqui durante ese tiempo.

Otro tema: Luqui hace caca como un reloj, pero como un reloj que da la hora una vez a la semana.

Al principio las cacas eran cada día o cada dos días o cada pocos días. Desde hace un par de semanas, la norma se ha convertido en semanal. Eso es mucho tiempo para estar sin hacer caquita, incluso para un bebé.

Pero esta vez llevaba dos semanas sin hacer caca. Eso estaba rozando el límite. Así que esta mañana me ha tocado caminar hasta la médico de bebés y pedir una receta para un laxante para bebitos. Luego he regresado a casa, he recogido la tarjeta de salud de Luqui y he regresado de nuevo hasta la médico de bebés para pedir, otra vez, la receta para un laxante de bebitos. Hoy he aprendido, de esta manera, que Lucas tiene su propia tarjeta de salud y que la necesito llevar para estos menesteres. Por lo menos hacía sol y estábamos superando los veinte grados de nuevo, tras varios días por debajo y con lluvias intermitentes. Qué verano.

Luego, de vuelta, aplicación rectal, unos minutos mirando el reloj y, oh milagro: habemus caquita. ¡Qué alegría cuando llega la caquita! Hay que ser padre para alegrarse por estas cosas. Y oiga, estos laxantes, mano de santo. Yo usé una vez uno y casi no me dio tiempo a llegar al váter. Estas cosas son fulminantes. Se dice que actúan más rápido que la velocidad de la luz porque a veces no te da tiempo ni a pulsar el interruptor.

Y aliviado de la caquita, hoy, por fin, después de un par de semanas, Luqui ha vuelto a entrar en el fular de portar conmigo y, para celebrarlo, nos hemos dado una sesión de casi dos horas. He comido de pie sujetando el plato y luego me he quedado hora y media más de pie, dando vueltas por el comedor mientras veía vídeos de Tik Tok. Cuando por fin se ha despertado y he hecho el traspase de poderes… joder, estaba hecho un cuatro.

Me dolía todo. Esto ha tenido su parte buena y su parte mala. La mala es que me dolía todo. Todavía estoy increíblemente retorcido y, literalmente, me duele todo. La parte buena es que me duele todo, lo que significa que me siento todo. Eso es nuevo para mí, y parece que, después de siete años y cuatro meses, estoy consiguiendo recuperar mi cuerpo completamente. Ahora me queda terminar de destorcerlo, pero eso es cuestión de tiempo.

Como he tenido todavía algún goteo de registro de usuarios spam en WordPress, he instalado el plugin Zero Spam. Se queda un poco grande, pues lleva mucho más de lo que necesito, pero no he encontrado una alternativa más ajustada al propósito que nos ocupa. Vamos a ver qué tal funciona.

Por último, mencionar que mi encía operada se recupera fenomenalmente. Me molesta un poco, pero, con el aspecto que tiene, cómo no me va a molestar. Por lo menos me deja dormir y se recupera bien, así que estoy muy contento con el fantástico trabajo de esta parte de mí. El viernes nueva visita el dentista, donde me van a poner una cama, y a quitarme los puntos. Supongo que me dejarán en paz hasta que regrese de España.

Y eso es todo. ¿Qué tal vuestra caquita?

Comentarios

4 respuestas a «Una cuestión de tiempo»

  1. Avatar de McGlor
    McGlor

    La caquita, bien, gracias. Normalmente me la guardo para el curro, que así no hago gasto en casa. Mi criatura también tuvo problemas con la hora allbran, y le dimos de remedio casero un puré de ciruelas pasas cada mañana. Parece que funcionó pero uno nunca sabe con los bebesitos…

    Ánimo con el dentista!

    1. Avatar de Javier

      Jejeje, que esas sean todas las cagadas que hagamos en el curro 🙂

      ¿Puré de ciruelas? Tomo nota, gracias.

      ¡Gracias!

      1. Avatar de Ed
        Ed

        El pure de ciruela es lo mejor por el sorbitol que tiene, la pera también va bien.
        Ultimamente entre mis conocidos dicen que funciona bien el pure de papaya, incluso lo toman algunas madres (la papaya entera para no perder la fibra)

        1. Avatar de Javier

          Aquí queda la info, por si se vuelve a poner prieta la cosa 🙂

          Gracias.

Responder a McGlor Cancelar la respuesta