Pausa entre meses de Cartas a los padres

Nos queda un capítulo más del segundo mes, el titulado “La mejor supervisión para mi hijo” (traducción libre, como siempre). Habla acerca de con quién dejar el bebé cuando los padres vuelven al trabajo y algo más sobre las guarderías. Como esto es una cosa más idiosincrática de aquí, por lo que he podido ver, nos lo vamos a saltar dando así por concluido el segundo mes. En esta entrada hacemos una pausa entre meses y en la próxima volveremos con el tercer mes ya poniéndonos al día con la evolución de Luqui. Más bien, poniéndonos al mes.

Últimamente han pasado muchas cosas. Como me he estado centrando en las Cartas a los padres, pues me he ido saltando las actualizaciones de algunos temas. Por ejemplo: ya he terminado el curso de orientación laboral.

Han sido cuatro meses de clases online y la verdad es que lo he disfrutado. Me ha gustado mucho cómo lo hacía la profesora, que integraba muy bien a los componentes del grupo y apreciaba continuamente sus virtudes. Tengámoslo en cuenta: estar parado es un bajón. Uno se siente que no vale para nada, y recibir este tipo de apoyo y valoración viene muy bien. Yo he aprendido mucho.

Me gustaba mucho cómo hacía las clases muy dinámicas, involucrando mucho a los alumnos. No es fácil gestionar un grupo de unas veinte personas a través de videoconferencia, pero ella lo conseguía. Además hacía un muy buen uso de las posibilidades del software, por ejemplo con las sub-salas de videoconferencia. Nos dividía en grupos más pequeños y nos daba tareas en las que todos podíamos participar. Esto era diferente de lo que hicieron otros profesores que en ocasiones la sustituyeron, que optaron por soltarnos el rollo durante cuatro horas y dejarnos KO con una cantidad abrumadora de información que no podíamos poner en práctica en el momento. En esas ocasiones me sentí volviendo a las aburridas clases magistrales de la universidad: abre la mente que te vamos a cebar durante cinco años y luego, algún día, podrás usar una ínfima parte de esto con lo que te estamos abrumando. Hace una diferencia grande cuando te dan algo de información y una tarea práctica en la que ponerla a buen uso y practicar. Las cosas se quedan mucho mejor y dejan una agradable sensación de utilidad.

Terminado el curso, me quedan tres meses de paro, y temo que el INEM alemán me empiece a enviar propuestas de trabajos como programador, así que estoy mirando la posibilidad de hacer otro curso. Hay algunos muy interesantes y completamente subvencionados, así que aprovecharlos podría ser algo muy bueno.

Sinceramente, no tengo ningunas ganas de empezar un trabajo nuevo ahora. Esto se sustenta en tres pilares principales:

  1. Quiero seguir ayudando a Daniela con el bebesito y disfrutando de ello
  2. Quiero pasar dos meses en verano con mi hermana en la que fue casa de nuestros padres, y nuestra, para despedirnos de la casa y de todo el tiempo que allí pasamos juntos
  3. A la vuelta del verano tenemos previsto mudarnos a los aledaños de Augsburgo, ciudad de unos 300.000 habitantes sita al noroeste de Múnich, a una media hora. Nos ha surgido una oportunidad fenomenal y estaríamos muy cerca de la familia de Daniela, que nos podría ayudar con el bebé. Además de eso, campo y tranquilidad, que me vendrán bien.

Y es por estas razones que, ahora mismo, tiene poco sentido para mí encontrar un trabajo en Múnich. Además de eso, económicamente por fortuna no lo necesito y prefiero terminar de recuperarme del Big Crunch en calma en lugar de apretarme un poco más.

Al margen de eso, últimamente he estado tragando sapos a manos llenas. Enviar emails o llamar a instituciones públicas es algo que pertenece ya a la normalidad cotidiana alemana. Yuhuu!

Sigo destorciéndome el cuerpo. Hablo de los hombros pero se trata del cuerpo completo. Las sensaciones son absurdas y surrealistas, y sigo con una cierta incredulidad; como que no me puedo creer haber vivido así durante los últimos treinta años de mi vida. Poco a poco me voy haciendo a la idea. Llorar una o dos veces todas las semanas me sigue ayudando a asimilar todo esto emocionalmente.

A pesar de haber completado el curso de orientación laboral, sigo algo confuso. Tengo claro que hay tres cosas que me interesan:

  1. Ayudar a otros con PNL e hipnosis
  2. Escribir
  3. Tecnología

Mi idea es encontrar un trabajo en Augsburgo a media jornada y explorar el asunto de la PNL e hipnosis y la escritura en la otra media. De todas maneras, me mantengo flexible al respecto.

¿Cómo habéis estado vosotros? ¿Qué planes tenéis para el futuro? ¿Os puedo ayudar en algo?

Comentarios

Deja una respuesta