Llega la sauna-tonel de alquiler

Domingo. Me levanto antes de que suene la alarma, antes de las siete. Calzas, baño. Estoy en la calle. Está oscuro y hay restos de nieve sobre el asfalto. El viento está en calma, lo cual suele ser un plus. Echo a correr.

El lugar está tranquilo. Apenas encuentro un coche mientras corro junto a la carretera. Domingo por la mañana es un gran momento para correr, en el silencio de las últimas horas de la oscuridad de la noche.

Llego a casa. Me siento sobre la esterilla en el suelo del comedor. Medito media hora. Termino y me quedo tumbado en la penumbra, jugando con mis hombros, intentando hacer encajar esas vértebras en la parte alta de mi pecho. Tal vez un poco de sauna me ayude. Seguramente lo hará.

Ahora mismo ya no recuerdo si fue en 2018 ó en 2019. En un trauma, el tiempo está muy confuso. El caso es que, a lo largo de todo el año, fui a la sauna cada semana. Incluso en verano.

La gente no va a la sauna en verano. En verano, la gente va a lo que llaman el “Bad”, que es el área ajardinada en el exterior y que contiene una piscina. Podía oír el griterío de los niños camino de la sauna. Donde en invierno éramos 50 ó 100, en verano éramos 1 ó 2. No era lo mismo sino que era diferente al salir de la sauna, pero el silencio y la paz eran sumamente reconfortantes.

Yo comprendo que la gente no vaya a la sauna en verano. Hace calor. No queremos pasar más calor. Hay que estar muy motivado para ir a la sauna en verano. Yo lo estaba; yo tenía la enorme motivación que da el dolor. Es impresionante lo que estamos dispuestos a hacer por aliviar el dolor.

Hoy a las cuatro viene la sauna-tonel, la de alquiler. Se queda un día entero. Si nos gusta, tal vez compremos una.

Existe el sueño americano, de fundar una empresa y hacerse millonario. El sueño español, de pegar un pelotazo y hacerse millonario sin pegar ni chapa. El sueño alemán contiene cerveza, brezen y un Mercedes. El mío contiene una sauna.

Al margen de todo esto, ayer tuve bastante tiempo libre, así que tuve que rellenarlo. Esto fue algo sorprendente. De hecho, me pilló de imprevisto.

El miércoles tengo la primera clase de alemán con Manuel. Nos hemos puesto de acuerdo y hemos encontrado una hora a media mañana. Haremos conversación y practicaremos las redacciones. Me hace mucha ilusión.

Le voy a cobrar un precio simbólico. De hecho, es tan simbólico que ya me estoy arrepintiendo, pero es lo que tiene el simbolismo. Pero bueno, se trata de que aprenda a cobrar por mi trabajo y me acostumbre a ello. Así que pensé que una buena idea para contribuir a ello sería, a final de mes, enviarle una factura. Con esto y LaTeX ya tenía aseguradas varias horas de diversión. El tiempo se me pasó volando.

En mis búsquedas de información por Internet para hacer cosas con LaTeX me encontré con Overleaf.

Se trata de una herramienta online que es, en el navegador, un editor y un procesador de TeX. Como había que darse de alta no me había atrevido a probarlo todavía, pero ayer me decidí a registrarme y quedé maravillado por lo bien que funciona.

No hay que instalar nada: tiene su editor, varios procesadores de TeX, puede hacer una vista en tiempo real de los cambios y guarda los ficheros. La versión de pago da acceso a otros beneficios como importar plantillas desde GitHub, pero la gratuita es más que suficiente para mis propósitos.

Así que estuve trasteando con algunas plantillas, algunas de ellas muy chulas. El principal problema: que no hacen los cálculos adecuadamente. En particular, no suman el IVA; lo tengo que sumar yo. De modo que terminé creando mi propia factura con el paquete invoice de TeX. Quedó bastante resultona y me ayudó a refrescar conceptos. Por cierto, es curioso que las páginas más vistas de este sitio web son las que escribí con tutoriales de LaTeX de cuando Dani quería escribir sus apuntes con este sistema. Al final no se animó, y lo entiendo, pero las páginas quedaron y son de las más apreciadas del sitio.

Todavía me queda añadir un pie de página con los datos bancarios, pero la factura ya está casi funcional. Me imagino cuando tenga muchos clientes y tenga sus datos y cree maneras de hacer las facturas automáticamente aquí y allá. En fin, mucha fantasía, pero algo ayuda.

Una cosa interesante que encontré es una plantilla de factura que toma los datos del cliente, de la empresa y los conceptos de la factura de un archivo .yml. Para quien no conozca este tipo de archivo, es como un json para seres humanos, en los que la información se estructura en etiquetas y listas. Para quien no conozca los archivos json, son archivos para máquinas en los que la información se estructura en pares etiqueta-información. En fin.

Hoy no tenía previsto publicar, pero mira, me he puesto y, en dos tandas, ya he terminado la columna. ¡Y esta tarde sauna!

¿Os gusta la sauna? ¿Tenéis anécdotas divertidas? Alguien comentó que se había sentado con toda su familia política en una sauna. Menudo momentazo.

Comentarios

3 respuestas a «Llega la sauna-tonel de alquiler»

  1. Avatar de PrometoRegistrarmeUnDia
    PrometoRegistrarmeUnDia

    Lo mejor de visitar a los suegros aparte del alcohol es la sauna que tienen en el ático 😊

  2. Avatar de Manuel
    Manuel

    Ya te dije que me parecía poco.

    Solo he tenido un par de experiencias contadas con las saunas, y aunque fue una experiencia interesante creo que prefiero las piscinas.

  3. Avatar de Adrián
    Adrián

    Yo soy muy fan de los “onsen”, las aguas termales de Japón, que en muchas ocasiones también incluyen sauna.

    No parece que sea sencillo por los vecinos, pero viviendo en un bajo con patio más de una vez me he planteado poner una pequeña sauna. A ver si cuando realmente pueda permitírmelo lo lucho un poco.

    ¡Salud!

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