Ideas de negocio

El sol se cuela entre las rendijas de lo que aquí llaman “rolo”, que debe de ser una marca de eso que llamamos… ¿estores? El caso es que me despierto, y al parecer soy el único. Tengo que aprovechar el tiempo.

Voy sigilosamente al baño. Practico 20 minutos de ejercicio HIIT. Hago diez minutos de yoga con unos saludos al sol. Perplejo, me pregunto qué hacer a continuación.

Preparo las cosas para el desayuno. Sin rastro del resto de mi familia. Me siento y practico quince minutos de meditación mientras me da el sol de la mañana que entra por la ventana. Siguen durmiendo. Me siento y empiezo a escribir. Tiro estos párrafos y…

Ya está; hasta aquí he llegado.

Buf, gracias. ¿Puedo tener esto cada mañana, por favor?

Desayuno, Lucas en brazos, termino de desayunar, me afeito, me ducho, riego las plantas… Me siento.

La columna de hoy va de ideas de negocio y, en particular, de una idea de negocio que tengo desde hace seguramente más de dos décadas.

Escucho un podcast de manera recurrente: el podcast de Joan Boluda:: Marketing Online. El tío habla de marketing, de WordPress, de crear negocios… Me gusta mucho cómo lo hace y su actitud: crear negocios es fácil y divertido. También me he enganchado a otro de sus podcasts: WordPress Radio. Por cierto, el otro día les envié una pregunta. Sería un puntazo que me respondieran en el programa.

El caso es que, el otro día, dedicó un capítulo del podcast a compartir ideas de negocio.

Me gusta, entre otras cosas, la alegría con la que comparte sus ideas de negocio. “Mira, se me ha ocurrido esto, y esto, y esto. Quien lo quiera llevar a cabo, adelante”. Me encanta esa mentalidad de abundancia y del aquí hay para todos. Y el otro día estaba compartiendo ideas de negocio. Habló acerca de diez de ellas.

Algunas me gustaron, otras no. Algunas las vi factibles y otras pensé “Buf, eso no funcionaría nunca”. Otras las llevaría yo a cabo y otras no. Y me di cuenta de algo: la inmensa mayoría no las llevaría yo a cabo.

Me parecían aburridas. Carecían de interés para mí. Considero que, para crear un negocio, hay que estar sumamente motivado, así que tiene que ser una idea realmente motivante.

Y entonces recordé en una idea que tuve hace ya muchos años, tantos como veinte o probablemente más todavía: videojuegos en geriátricos.

A mí me encantan los videojuegos, y un día me vi en una residencia de ancianos siendo ya muy mayor y me dije: “Oh, sería una gran idea jugar a videojuegos entonces”. Imagínate, estar en una residencia de ancianos y tener todo el día para jugar videojuegos. Sonaba casi como un sueño.

Por entonces Internet era todavía algo lejano, así que pensé en esto en plan red local, con un ordenador en cada habitación y todos los ancianos jugando videojuegos conectados a un servidor local. Ahora, con Internet como algo cotidiano y firmemente establecido, el mundo entero es el límite. Tal vez los nietos no fueran a ver a sus abuelos a la residencia, pero podrían jugar en red con ellos. Pensé que era una idea genial.

Desde entonces han pasado muchos años. Algunas cosas, como la mencionada de Internet, han cambiado. Pero siguen existiendo las residencias de ancianos y esa utilidad de videojuegos en las mismas, y más a medida que los ancianos son cada vez más “ordenadorófilos”: gente que ha nacido con ordenadores (seguramente me paso ahí) o que adoptó los ordenadores como algo cotidiano en algún momento de sus vidas.

Me divertí con la idea entonces y la compartí con algún amigo y, tiempo más tarde, la olvidé. El otro día, escuchando el podcast, me preguntaba: “Si no llevaría a cabo ninguna de estas ideas de negocio… ¿cuál llevaría a cabo?”. Y entonces la recordé.

Además, el otro día (otro otro día), leí una noticia que encontré muy divertida acerca de un abuelo alemán de 88 años que ponía unos carteles en el vecindario buscando a alguien que le ayudara a pasarse una pantalla de un videojuego. El anciano tenía fuertes dolores de cadera y había descubierto que los videojuegos le ayudaban a reducir este dolor.

En mi propia experiencia, confirmo que los videojuegos son una gran manera de regular el dolor. Millones de personas en el mundo los utilizan para eso sin ser conscientes de ello, estoy seguro. Y también estoy seguro de que esto se podría apoyar con estudios científicos de cara a vender la idea. Me parece recordar que he visto alguna charla TED acerca de que el cerebro responde de maneras similares jugando videojuegos que tomando LSD.

En fin, ¿qué os parece la idea? ¿Alguien se anima a llevarla a cabo? Yo me haría socio.

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