Fluyendo

Esta mañana me he encontrado con un rato libre, así por las buenas, así que me voy a poner con una columna. No tengo nada preparado, de modo que voy a ir fluyendo con lo que sea que me vaya surgiendo. Creatividad al poder.

No he conseguido averiguar por qué no se ve bien el código en la entrada de ayer.

Uso el plugin Prismatic para estos menesteres y, hasta ahora, con LaTeX y alguna cosa más, ha dado muy buenos resultados. Pero con el código de ayer en PHP, simplemente sale cortado y la mar de mal. Unas búsquedas en Internet me han dejado como estaba, así que no sé lo que le pasa ni cómo corregirlo. Desventajas de usar software cuyo funcionamiento desconozco. En fin, con el bloque de código nativo de WordPress podemos ver el código, aunque sin los colorines. Hoy en día ver código sin colorines se hace raro. Es como que está todo junto y difícil de leer. Hay que ver lo mucho que unos pocos colores pueden aportar.

Al margen de eso, me pregunto qué nuevo proyecto me puedo plantear. ¿Hay algo que echéis de menos en la web y que pudiera resolverse con algo de programación? ¿Qué proyecto molón e interesante podríamos emprender?

El curso de Django lo he dejado aparcado en el clon de Twitter. He estado mirando en Edx si hay cursos de WordPress, pero no los hay. También he estado investigando frameworks tipo Django pero en PHP: Laravel y Symfony. He estado comparando y, de entrada, me gusta más Laravel, así por feeling. De todas maneras, ponerme ahora con un framework en PHP así en frío, sin un proyecto interesante que me dé la motivación para ello, pues como que no.

Lo bueno de haber hecho el curso de Django es que todos los frameworks de creación de aplicaciones web funcionan de manera similar: tienes tu modelo de la base de datos, tienes tus rutas, tienes tus controladores y tienes tus plantillas. Cambia el lenguaje de programación o cambia levemente la aproximación, pero en el fondo funcionan igual. Si me pusiera con Symfony o Laravel podría ir bastante lejos bastante rápidamente.

Cambio de tercio.

Sigo con el Uncrunching. Es verdaderamente impresionante.

Imagina cuatro partes: un brazo, otro brazo, el cuello, la parte superior del pecho. Cada una de estas partes retorcida como uno de esos molinillos de aire para niños hecho de celofán (me pregunto si sabes de lo que hablo). En fin, esas cuatro partes retorcidas se encuentran en la parte superior del pecho. Poco a poco, en torno a ese núcleo increíblemente retorcido, deslizan las unas sobre las otras. A veces suavemente, a veces abruptamente, dejándome en un estado de momentánea congoja.

Pero estas partes siguen deslizando y, a medida que vuelven a sus posiciones originales, que perdieron en torno a 1990, cuando el mundial de Italia para que nos ubiquemos, me dejan un cuerpo que se siente como nuevo. Detrás del dolor producido por el retorcimiento estructural del Big Crunch, más de 2.000 sesiones de yoga en los últimos siete años tienen su efecto beneficioso.

Paseo por la calle. Me quedo de pie. Observo a mi alrededor.

Se siente tan bien. Se siente tan tranquilo.

Mi campo de visión ya no es un estrecho tubo que se mueve y salta en todas direcciones, sino que es más como una toma panorámica de una película, explorando lentamente el paisaje, quieta sobre un trípode. La paz y la tranquilidad son insólitas para mí. Se siente caliente, agradable, respirando lentamente y llenando el pecho, disfrutando de cada respiración como si se tratara de una sabrosa comida.

A veces me pregunto, al otro lado de todo esto, por dónde voy a salir.

Me encantan los ordenadores y he pasado la mayor parte de mi vida con ellos, encerrado, aprendiendo, disfrutando de su compañía. Esos mecánicos amigos, obedientes, a veces frustrantes, pero leales y siempre dispuestos a jugar. Pero estoy cambiando y estoy cambiando mucho, y llevo mucho tiempo haciéndolo, y tal vez mi futuro se encuentre fuera de casa haciendo otras cosas, disfrutando con la gente, o tal vez en un punto intermedio. Y siento inquietud y también curiosidad a medida que va cambiando, a lo largo de las semanas y los meses y los años, quien yo creo que soy.

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