El pozo de bienestar

Vamos con eso. El pozo de bienestar es una exageración, pero luego matizaré un poco más. De momento podemos empezar la columna.

Llega la primavera al sur de Alemania. Falta harina, aceites de todo tipo y los pañales más asequibles, pero tenemos sol a raudales. Diez grados de temperatura y excursión con el Luqui.

La Tiny House sigue avanzando poco a poco. Hoy había un hombre con el pelo largo recogido en una coleta que parece ser el propietario. Estaba poniendo unas losetas de piedra sobre el suelo.

Luego, todavía a lomos de la Puky, a ver los vrum-vrums. Nos sentamos junto a la carretera. Coches, camiones, autobuses, motos, bicicletas… Es un festival. El Luqui bebe un poco de agua y se come un par de galletas.

Caminamos un poco por el prado. De regreso, tenemos suerte y vemos el guau-guau negro y también el husky. Paseo por las cercanías de casa con encuentro con los vecinos y exploración. De vuelta al jardín. Bobby-car.

La semana pasada ocurrió algo. Yo creo que me entraron un poco más los huesos.

Hay un punto en lo alto del pecho, en la parte trasera del mismo. No sé qué es ni qué pinta tiene, pero viene a ser como el lugar en el que se juntan los brazos, que van mucho más allá de los hombros, con la columna vertebral. Ahí, por lo que puedo sentir, hay una especie de articulación de algún tipo, muscular, cartilaginosa… a saber. Esa articulación, ese lugar en el que se juntan la prolongación de los brazos con el cuello y con el pecho, fue lo primero que se retorció en el Big Crunch. Todo lo demás se fue detrás, y además muy rápidamente. Es lo que tiene la palanca. Con un buen punto de apoyo se puede lo que haga falta.

Y la semana pasada eso entró un poco más en su sitio, con lo que hubo una asíntota, para los que sepan un poco de cálculo, y el dolor se redujo en gran medida muy abruptamente. De pronto, me encontré nadando en una especie de pozo de bienestar. Es una exageración, porque todavía queda mucho muy retorcido, pero mucho dolor se alivió muy rápidamente y de pronto me encontré sintiéndome mucho mejor. Y es lo que digo a menudo, que más allá del Big Crunch, en los últimos años, hay más de 2.000 sesiones de yoga y miles de horas de meditación. En cuanto ese retorcimiento termine de ceder y todo vuelva a su sitio, lo que va a quedar es un pozo de agradable bienestar. Ya lo empiezo a sentir.

La otra parte es la dimensión emocional de todo esto, que tiene lo suyo.

A medida que sigo enderezándome y deshaciendo el susodicho nudo, toda mi musculatura se va relajando, lo que va facilitando el movimiento emocional. Las cosas fluyen más fácilmente. Prácticamente todo me resulta más fácil. Me siento más ligero, de mejor humor, más atento… Vamos, es lo que tiene la salud. Es lo que tiene estar bien. Treinta años después ya ni me acordaba, así que necesito un poco más de aclimatación. Se me hace raro estar tan bien.

Vuelve la Fórmula 1. Gran Premio de Baréin. Doblete de Ferrari. Sainz segundo. Debacle de Red Bull. Mercedes salva los muebles. McLaren se hunde en la miseria.

Siguiendo una sugerencia de SinnerBOFH, grabé un episodio del podcast previo a la carrera. Estuvo bien, pero hoy, al ir a grabar el siguiente episodio del podcast, me he puesto a hablar de física cuántica. Al final me he quedado a medias porque Lucas se había dormido por fin y me tocaba cocinar contrarreloj, así que a ver si mañana termino lo que quería decir o si me da por hablar de cualquier otra cosa, que es lo bueno del podcast y más en su versión exprés. Pero vamos, como si aquí siguiera un guión mucho más estricto…

Y lo voy a dejar aquí, que ya estoy bastante contento de haber sacado un rato para tirar 600 palabras.

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