Cartas a los padres: sexto mes

Aprovechando el resopón matinal de la familia, vamos a entrar, una vez más con retraso, en las Cartas a los padres. Ahora que Luqui ya tiene seis meses, vamos a ver lo que nos espera o, más bien, lo que ya se está desenvolviendo. ¡Adelante!

“Felicidades, su hijo ya tiene seis meses”, comienzan. Yo empezaría: “Felicidades por haber llegado hasta aquí”. Pero bueno, viene a ser lo mismo.

No solamente su hijo cumple meses, sino que usted también lo hace. Tenga en cuenta todo por lo que ha pasado y felicítese y hágase un regalo. Se lo está usted currando cosa fina.

Su hijo ya no es un bebesito tierno e indefenso que no puede sostener la cabeza, sino una mala bestia que grita, se ríe, coge las cosas y se las intenta llevar a la boca. Patalea y se sacude. También en esta fase, recuerde que cada bebé lleva su propio ritmo de desarrollo y es en vano compararlo con otros.

Casi añadiría que esto vale para cualquier ser humano en cualquier fase de la vida.

Deje que el bebesito aprenda por sí mismo

Con la segunda parte del primer año comienza una nueva fase de desarrollo en la que, poco a poco, el bebé se va haciendo más independiente. Respete esta llamada a la independencia y dele espacio al bebesito para que explore por sí mismo. Gracias a esto y a su trabajo previo, el bebé puede sentirse seguro y libre.

En esta fase puede usted probar si el bebesito se puede sentar en una de esas sillas altas, por ejemplo cuando comen. Estas sillas deben tener una bandeja que le sirva de mesa y un cinturón de seguridad… bueno, ya sabe para qué.

El “Cu cú”

En esta época llega, por fin, el momento de jugar al “cu cú”. Usted puede tapar los ojos del bebé durante un momento con la mano o un libro o una tolla y luego liberar su visión. Tras ese segundo de tensión, viene la risa liberadora. También puede esconderse usted tras una puerta. Con este juego, el bebesito descubre que las cosas y los seres humanos no se esfuman cuando salen de su campo de visión.

Juegue a esto solamente mientras usted lo disfrute. Su bebesito podría jugar durante horas, pero usted no. Respete sus propios tiempos.

Con estos juegos descubre el bebé también el concepto de distancia: algunas cosas están cerca y otras están lejos.

Del mismo modo, su bebesito puede empezar a tirar cosas afuera de su campo de visión, lo que le proporciona la misma experiencia que jugando al cu cú y además le permite darse cuenta de que puede involucrar a otros en sus juegos, siempre y cuando los otros tengan ganas de jugar.

Por cierto, si su bebesito no tiene ganas de jugar, esto significa que no se siente bien o está enfermo. Si se trata de un adulto, esto es tristemente normal.

Sólo juegan los bebés que están sanos y se sienten a gusto. A los adultos les sucede lo mismo.

Cuando la noche se convierte de nuevo en el día

Qué curiosidad averiguar de qué va esto.

Un cuarto de los bebés, que durante meses han dormido del tirón (¿existen?) se despiertan de nuevo por las noches para susto de los padres. Eso puede ser debido a que han cambiado las necesidades de sueño del bebesito y duerme demasiado durante el día (¿puede eso ocurrir?). Puede ser que, en general, el bebé no duerma tanto como los padres esperan (eso sí que me encaja). Debe usted averiguar cuánto sueño necesita su bebesito, y para ello puede ayudarle confeccionar un protocolo de sueño.

En fin, esté usted preparado y paciencia. Y no se trata de los dientes, que salen de las encías en unos pocos días.

El biberón de consolación

Si el bebé está enfermo o tiene fiebre, necesitará más fluidos. Le puede usted dar un biberón con un té de hierbas. Puede entonces suceder que, una vez sanado, el bebesito requiera el llamado “biberón de consolación” para que usted pueda pegar ojo por las noches. Para volver a la normalidad, puede ir diluyendo el té poco a poco y reduciendo la cantidad hasta que sólo queden algunas gotas en el biberón de consolación.

Al margen de la teta o el biberón, el bebé no necesita nada más. All it needs is love. Sólo en situaciones extremas, fiebre, calor, diarrea, puede usted ofrecerle un biberón de consolación. Sólo asegúrese de que no contiene azúcar. El azúcar puede ser fatal para los dientes. Tomen nota los adultos.

El biberón de consolación no sólo proporciona un aporte extra de líquido, sino que tiene un efecto calmante como un chupete o un pezón. Tomen nota los adultos.

Nada de zumos en el biberón. También la glucosa tiene efectos fatales sobre los dientes para los bebesitos. Esto es especialmente verdadero durante la noche, donde los dientes permanecen bañados en azúcar y ácidos. El aporte extra de calorías puede conducir a una disminución del apetito y también a diarreas. En fin, mal negocio. Fuera zumos.

En general, minimice el uso del biberón de consolación. Desarrolle otras maneras más saludables de apaciguar a su bebé. La atención y la cercanía funcionan especialmente bien.

Tomen nota los adultos.

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