Cartas a los padres: El bebé llora

Aprovechando este rato que me he ganado a pulso calmando, acunando y acostando a Luqui, con el mismo cuidado que si desactivara una bomba, vamos a ver lo lejos que llego hoy. En esta ocasión tenemos un tema fundamental del mundo de los bebesitos que conviene abordar con urgencia: el bebé llora. Vamos con ello.

Mes 1: El bebé llora

Vayan por delante algunas impresiones personales

Leí hace unos años, todavía antes de ponerme manos a la obra con esto de convertirme en padre, que una universidad de los USA había hecho un estudio con diferentes tipos de sonidos y había llegado a una conclusión: el sonido más insoportable del mundo es el llanto de un bebé. Me pregunto cómo consiguieron una subvención para eso.

Conviene aclarar para quién es el llanto de un bebé el sonido más insoportable del mundo: para los seres humanos. Seguramente, un león en la selva puede oír el sonido de un bebé y decir: “Hmmmmm, ¡la cena ya está lista!”. La realidad es muy subjetiva.

Pero dado que somos humanos, circunscribiremos esta columna a la percepción subjetiva humana del llanto de un bebé.

El llanto de un bebé es un sonido a gran volumen que produce la sensación de que te estás desgarrando internamente. Tus tripas se están desgarrando. Tu corazón se está desgarrando. Tu cabeza se está desgarrando. Te estás partiendo en dos dolorosamente mientras escuchas ese sonido.

El sonido es una mezcla de martillo neumático, tenedor rascando un plato, tiza rechinando sobre una pizarra… En fin, te haces una idea.

Si son las tres de la mañana, llevas varios días sin dormir o durmiendo a ratos y estás en un profundo agotamiento, y oyes el llanto de un bebé berreándote en el oído hasta que el mismo se satura… Más vale que rebusques y encuentres compasión en lo más profundo de ti.

Pero vamos a ver qué dice la página de hoy de las Cartas a los padres…

Das Baby schreit: el bebé grita

Gritar, llorar, berrear, es la posibilidad más significativa para el bebé para hacerse notar. Sólo de esta manera puede expresar su malestar. Es la manera del bebesito de decir: “Papá, mamá: tengo hambre, me duele el culo, me aprieta la barriga, el pañal está mojado, tengo frío, tengo calor. ¿Dónde estáis? Os quiero sentir. Me aburro. ¿Qué hay de cena?”.

Como siempre, recordemos que cada bebesito, como cada ser humano, es un mundo. Único, vamos.

A veces, sin más, el bebé no se calma. En esos casos, respire profundamente.

Probablemente el bebé se calmará con su presencia, con su contacto, con su voz. Si usted entra en pánico y prueba dando saltos entre la teta, el chupete, el cambio de pañal, el mecer… eso les pondrá a ambos más nerviosos.

Pruebe con el contacto de la piel. Los bebesitos se calman escuchando el latido del corazón de la madre, pues lo conocen bien después de haberlo escuchado durante meses.

A veces, sin más, el bebé no se calma. Entonces, simplemente, respire profundamente.

Los gritos sin razón aparente tienen lugar principalmente después del mediodía o por la tarde/noche. Las explicaciones de los psicólogos evolutivos incluyen la creciente cantidad de estímulos que alcanzan la conciencia del bebé a medida que se desarrolla. Da igual: sean los estímulos o la barriga o lo que usted quiera imaginar, el bebé llora. Ármese de paciencia.

Antes se le llamaba a esto “Los cólicos del lactante” por los eructillos que sueltan, pero es más bien al revés: los eructillos vienen del aire que absorbe el bebesito al llorar y gritar. En cualquier caso, ayuda cualquiera de las técnicas para sacar el aire, como las posturas sobre la barriga o sobre el hombro. Estos “cólicos” durante entre tres y cuatro meses, así que, una vez más, ármese de paciencia.

Los lloros del bebesito pueden sacar lo peor de usted mismo. Puede sentirse impotente, descorazonado, desesperado o incluso iracundo. Antes de zarandear al bebé como si fuera un saco de patatas o de golpearlo contra el marco de la puerta en uno de sus paseos, déjelo un momento, grítele a la pared, cáguese en su político favorito… haga lo que sea que tenga que hacer para relajarse una vez más y devuelva la atención a su bebé.

Puede ser que el bebé se calme más fácilmente con la madre que con el padre. Después de todo, de sus pechos no brota comida. Hablen acerca de ello y de cómo se siente. El padre también puede crear su propia manera de consolar al bebé y a sí mismo de paso.

De cualquier manera, recuerde: el bebé no es una criatura maléfica que ha venido a amargarle la vida; es una pequeña criaturita inválida que está sufriendo. Paciencia, compasión y amor le ayudarán en este camino.

Comentarios

2 respuestas a «Cartas a los padres: El bebé llora»

  1. Avatar de McGlor
    McGlor

    Saludines desde Países Bajos. Aquí tienen una política que me parece un gran acierto: cuando nace un nene, el seguro médico te asigna un asistente para que te eche una mano los primeros diez días de batalla. Te ayuda con la limpieza de la casa pero mayormente te enseña los rudimentos de medrar con la criatura, lo cual no tiene precio como padres primerizos lejos de la familia. Pues bien, creo que dentro de las cosas que tienen que hacer es una en la que te muestra vídeos sobre los niños agitados. Cuando un niño se tira berreando varias noches seguidas, hay personas a las que se le cruzan los cables y sacuden a los críos violentamente, lo cual les causa toda clase de estragos en sus cuerpecitos. La verdad es que es impactante pero también hay que hacer hincapié en que hay que estar preparado porque le puede pasar a cualquiera. Hay que saber identificar cuando se te empieza a ir la chapa, salir de la habitación, irse a echar un piti, beberse un vaso de agua, respirar hondo,… lo que sea con tal de tomar riendas de la situación.

    1. Avatar de Javier

      Un saludo hacia los paises bajos. Aqui tambien tenemos una matrona que ha venido durante varias semanas y que ha quedado a nuestra disposicion. Nos ha ayudado mucho. Sobre todo, nos ha tranquilizado y orientado.
      Si, aqui tambien se hace mucho hincapie en lo de no sacudir a los ninyos. Y si, coincido en que es importante estar preparado.

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