A ver a quién se le ocurre, antes de terminar el primer párrafo de la columna, a qué corresponden estas abreviaturas. Se acaba el primer párrafo, se acaba el primer párrafo. Se acabó el primer párrafo.
Al parecer hoy no hay curso de orientación profesional. Antes de que se me cortara la conexión momentáneamente por primera vez, alguien ha comentado que la profesora estaba enferma y que estábamos a la espera de que apareciera un suplente de última hora. Mientras escribo esto, oigo por los auriculares a mis compañeros de clase debatir acerca del coronavirus, de si existe o no, de si conocemos a alguien que lo haya tenido… En fin, buen momento para hacer un nuevo update del blog.
Bebé más Big Crunch, esas son las abreviaturas.
Algunas personas me dijeron: “Vas a ver cómo se te olvida el Big Crunch ahora, con el bebé”.
Desgraciadamente, no se me ha olvidado. Ahora tengo un bebé y un Big Crunch. Eso hace los días más difíciles, pero estoy listo para el reto. Después de todo, fue mi decisión.
Igualmente, sigo avanzando en el uncrunching. Cada día, con el apoyo de Daniela, saco de donde sea tres cuartos de hora para hacerme una sesión de yoga. Sigo metiéndome los huesos en el sitio. Sigo destorciendo articulaciones. Llorar, como siempre, me ayuda.
Hace unos meses, cuando descubrí que iba a ser padre, redoblé esfuerzos para completar el uncrunching antes de que naciera el bebé. No lo conseguí. Sigo retorcido. La próxima cita es el mes de marzo, cuando se cumplen siete años desde que empecé la recuperación. ¿Lograré destorcerme los huesos antes de completar el séptimo aniversario de la recuperación? Veremos. Desde luego vale la pena intentarlo.
Gracias a todos por vuestras felicitaciones en el post anterior.
Hasta ahora hemos pasado cuatro fases diferentes en estas tres semanas en las que Lucas está con nosotros:
- Puta locura en el hospital
- Puta locura en casa
- Un par de días de estabilidad y encaje
- Comienza la etapa de los dolores de barriga
Ahora mismo estamos atravesando esta última fase, donde el bebé puede llorar durante horas por motivo aparentemente desconocido. Según las fuentes oficiales, le duele la barriga. A veces le sale leche por la boca y a veces por la nariz. Hay que estar atento.
En una lástima que no pueda escribir tanto como antes, porque tengo una enorme cantidad de material. Podría hacer un monográfico sobre cómo cambiar un pañal y otro sobre cómo preparar un biberón. También otro acerca de las diferentes posiciones para sujetar un bebé mientras te pateas el recorrido desde la cocina hasta el comedor y vuelta durante media hora o lo que se tercie.
En cualquier caso, dar las gracias desde aquí a Daniela porque, gracias a ella desde hace cuatro o cinco días duermo cinco o seis horas del tirón cada noche. ¡Qué mujer!
Y poco más. ¿Cómo os va a vosotros?
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