Aterrizando

Nueve y cuarto de la mañana. El router se ha colgado. Bajo al sótano a resetearlo. Daniela intenta dormir al Luqui en la primera siesta de la mañana. Fuera llueve.

El otro día, bueno, hace cosa de un mes, en casa de mis padres, me encontré una novela de Paul Auster. Curioso, la abrí por la primera página.

“La nieve caía afuera”, en el segundo párrafo. Joder, dos párrafos para encontrar el primer error gramatical en una novela impresa por una editorial de renombre para un autor de renombre. Es un error muy común.

Yo voy afuera. Yo estoy fuera. La “a” denota movimiento. Lleva esta caja afuera. Ahora la caja está fuera. La nueva caía fuera. Fuera caía la nieve. En alemán es igual.

Ich gehe raus. Ich bin draussen. Con mi flamante C1, lo aprendí hace poco. Tal vez lo reaprendí. En fin, qué más da.

Vamos aterrizando, poco a poco, en la casa nueva, en Stadtbergen. Hoy trabajan en el piso de arriba. Ya no sé qué obreros son. Les he perdido la cuenta.

Me ronda la idea, recientemente, de montarme un sistema NAS en casa.

Un sistema NAS es, grosso modo, un disco duro en red, de manera que se pueden hacer operaciones con el mismo, como copias de seguridad. Hay sistemas terminados que se venden y hay, bueno, lo que a mí más me gusta: los que se hace uno mismo. El do it yourself, DIY, informático. Me encantan estas cosas.

Le estoy vendiendo la idea a Daniela. Quiere hacer unas copias de seguridad de las fotos de su móvil. Si tuviéramos un NAS, podría tener una aplicación en el móvil que copiara automáticamente las fotos regularmente a este sistema en red. Eso estaría guay y, lo mejor, sería muy divertido de montar. Ahora, ¿qué me costaría informarme acerca de cómo montarlo e instalar el Linux de turno y configurarlo y hacer las pruebas? ¿Cinco horas? ¿Diez horas? ¿Veinte? Con lo valioso que está mi tiempo desde hace unos nueve meses, tengo que vender muy bien esta idea para poder permitirme dedicar mis recursos a este proyecto. Con el Luqui todavía enfermo y cajas por desembalar, es natural que tengamos otras prioridades. Además de eso, terminado el seto, mi suegro amenaza con un par de exposés más. Y me tengo que dar de alta en la Bundesagentur für Arbeit, el INEM, de Augsburgo.

Con el ruido de ese taladro en el piso de arriba, va a ser difícil que Luqui se duerma.

¿Alguien ha montado alguna vez un NAS? ¿Alguien tiene uno comercial? ¿Qué cuestan? ¿De dónde sacar el tiempo para ver las miles de fotos que hacemos? Me imagino sentado en un sillón en la oscuridad con unas pinzas que me mantienen los ojos abiertos mientras las fotos pasan a razón de diez por segundo en una pantalla mientras alguien me pone gotas en los globos oculares.

He encontrado el proyecto Open Media Vault, OMV, que consiste en una distribución Linux orientada a la función de NAS. Tengo un viejo ordenador portátil que debe de tener unos quince años pero que tal vez daría la talla. La tentación es grande, y más ahora que suena como si Luqui se hubiera quedado dormido.

En fin, voy a publicar esto y bajo unos cartones vacíos al sótano.